El presidente turco rechazó el supuesto plan del líder histórico del PKK, Abdullah Öcalan, para solucionar el conflicto kurdo y que la organización terrorista deponga las armas.
En lo que se refiere al supuesto plan del líder histórico del PKK, Abdullah Öcalan, para solucionar el conflicto kurdo y que la organización terrorista deponga las armas, el Presidente Abdullah Gül se mostró tajante ante los periodistas: «Olvídense de İmralı», dijo Gül en referencia a la isla donde Öcalan cumple su condena a cadena perpétua desde su detención en 1999.
El presidente turco rechazó de este modo la «hoja de ruta» que los abogados de Öcalan afirmaron que el líder del PKK haría pública coincidiendo con el 25º aniversario del primer atentado del PKK -el 15 de agosto de 1984-, aunque finalmente dicho anuncio fue pospuesto «sine die». Gül hizo incapié por contra en que toda la atención debería ser puesta en la llamada «iniciativa kurda» puesta en marcha por el gobierno del AKP. «Deberían hacer esta pregunta de otra forma. Ellos (el PKK) no son nuestro interlocutor», dijo Gül a los periodistas durante un homenaje al fallecido subsecretario de exteriores Ertuğrul Apakan en el Hotel Sheraton de Ankara.
Gül dijo a la prensa que la llamada «cuestión kurda» era un problema interno de Turquía y subrayó que cualquier solución debía pasar por mantener la estructura unitaria del país. «Si un país no supera sus propìos problemas, otros harán cualquier día un mal uso del tema, como ya lo hicieron en el pasado. Creo que es justo trabajar con valentía sobre todas estas cuestiones para fortalecer la unidad de nuestra gente, así como el sentido común de pertenencia a Turquía», declaró. «Estos esfuerzos están basados en la iniciativa propia de Turquía: así es como debe ser», recalcó Gül.
Preguntado por los periodistas por si volvería a reunirse con los líderes de los dos principales partidos de la oposición -CHP y MHP- para tratar de convencerlos de que se unan al proceso, el presidente turco mostró su disposición a hacerlo todas las veces que fuera necesario. «He tenido reuniones, como saben. (…) Si un día hay que repetirlas, ¿por qué no?», afirmó Gül.
Una nueva Constitución
Por su parte el ministro del Interior Beşir Atalay, responsable de coordinar los esfuerzos del gobierno para consensuar su «iniciativa kurda», continuó el martes su ronda de conversaciones entrevistándose con las principales organizaciones sindicales y empresariales del país. La primera visita de Atalay fue a la sede de la Confederación Revolucionaria de Sindicatos de Trabajadores (DİSK), uno de los principales sindicatos de Turquía, donde su presidente, Süleyman Çelebi, criticó a los dos principales partidos de la oposición por cerrar las puertas a hablar con el gobierno sobre la iniciativa. «Tengo dificultad para entender la postura de algunos partidos políticos. Hemos pagado un alto precio por el discurso racista y nacionalista. No queremos pagar ningún precio más», dijo Çelebi.
Posteriormente Atalay mantuvo un encuentro con la Asociación de Industriales y Empresarios Turcos (TÜSİAD), la organización empresarial más importante de Turquía. Su presidente, Arzuhan Doğan Yalçındağ, dijo a Atalay que para que para hacer progresos en el progreso democratizador de Turquía el país necesitaba comprometerse en la creación de una nueva constitución civil que sustituyese a la que se redactó tras el golpe militar de 1980.
«Nuestros esfuerzos para conseguir un país más democrático no son producto de un proyecto político. Es un proyecto en el que estamos trabajando para dejar a nuestros hijos vivir días buenos, sin miedo, preocupaciones o terrorismo», declaró Atalay a la prensa el lunes, tras reunirse con numerosos periodistas para debatir la cuestión.
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