El 70% de la población de la Franja depende de la ayuda internacional para sobrevivir, y el 90% del agua del territorio palestino no es apta para consumo humano.
El representante de Naciones Unidas e investigador de los derechos humanos en Gaza acusó el lunes al Estado israelí de imponer un castigo colectivo sobre los 1,75 millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza bajo el férreo bloqueo de Israel, y advirtió que la supervivencia del asediado enclave palestino está en peligro.
En el informe presentado públicamente el lunes por Richard Falk –un profesor de leyes judío estadounidense- ante el Consejo de Derechos Humanos, tanto Israel como Estados Unidos boicotearon la reunión y no estuvieron presentes, y la delegación de EE.UU. pidió su dimisión al considerarlo no apto para el puesto, asegurando que sus afirmaciones no son ciertas.
“Hace cuarenta y seis años que comenzó la ocupación israelí de Palestina. Seis días de guerra se han convertido en 46 años de ocupación”, afirmó Falk en Ginebra, donde pidió que se investigaran los indicios de torturas a prisioneros palestinos bajo custodia de las autoridades israelíes.
“La viabilidad de Gaza necesita una atención urgente y no puede dejarse a las misericordias de la continua ocupación israelí”, subrayó Falk, quien visitó la Franja el pasado mes de diciembre entrando por el paso de Rafah en Egipto.
Según el investigador independiente de la ONU, el 70% de la población del territorio palestino depende ya de la ayuda humanitaria internacional para su supervivencia, y el 90% del agua “no es apta para consumo humano”.
Según afirmó, el paso fronterizo de Kerem Shalom -en la frontera entre Gaza e Israel- es cerrado a menudo por las autoridades hebreas como medida de represalia contra los palestinos de la Franja. Dicho cruce es sin embargo vital para la supervivencia de la población de Gaza, dado que el 40% de los productos que pasan por el lugar son comida y otros bienes básicos, incluyendo gas para cocinar.
Por otro lado Falk indicó que sólo en el primer trimestre de 2013 Israel ha demolido 204 viviendas y estructuras palestinas en Cisjordania, expulsando de sus hogares a 379 palestinos, según cifras de Naciones Unidas. Las autoridades israelíes han detenido además a cerca de 5.000 palestinos, muchos de ellos por razones arbitrarias, sometiéndolos a torturas de diversos tipos, confesiones forzadas, confinamiento aislado, o negándoseles la visita de familiares y amigos.
El investigador de la ONU pidió además al Consejo de Derechos Humanos reunido en Ginebra que cree una comisión que examine “la lista de evidencias de la impunidad de los oficiales de prisión israelíes y otros (funcionarios) que interrogan a (presos) palestinos”, incluyendo la muerte en extrañas circunstancias de un prisionero palestino el pasado mes de febrero durante su confinamiento en una cárcel israelí.
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