La mejor miel del mundo está en Hakkari, al sureste de Turquía

Un estudio llevado a cabo por una universidad del Mar Negro concluye que varias mieles que se producen en Turquía, el tercer país productor de miel del mundo, tienen beneficios para la salud mayores que la famosa miel de manuka.

Un reciente estudio llevado a cabo por una universidad de Trabzon, en Turquía, afirma que la miel de flores que se produce en la provincia turca de Hakkari, en el extremo sureste del país, posee propiedades antimicrobianas mucho más destacadas que la famosa miel de manuka, una de las más valoradas del mundo.

En declaraciones recogidas por la prensa turca Sevgi Kolaylı, profesora de química en la Universidad Técnica de del Mar Negro (KTÜ) de Trabzon –al noreste de Turquía- aseguró que una investigación que ha llevado a cabo ha encontrado cualidades antimicrobianas mucho mayores en mieles recogidas de distintos puntos de la geografía turca.

El estudio llevado a cabo por Kolaylı muestra concretamente que la actividad antimicrobiana de la miel de flores que se produce en la provincia de Hakkari, en el sureste de Anatolia, tiene la capacidad de combatir las bacterias -de forma similar a como hacen los antibióticos– en mayor grado que la miel de manuka, que se produce en Australia y Nueva Zelanda. Mieles de castaño y roble producidas también en otras zonas de Turquía mostraron igualmente mayores propiedades antibacterianas en comparación con la famosa miel de Oceanía, según Kolaylı.

“Las propiedades antioxidantes son mayores en las mieles de color oscuro, mientras que la acción antimicrobiana es más elevada en la miel de color claro”, explicó la académica turca, añadiendo que Turquía, que se sitúa en tercer lugar mundial –sólo por detrás de China y Argentina- en producción de miel, es un país que produce ambos tipos de mieles.

La miel de manuka es originaria de los bosques de Nueva Zelanda y de Australia, y sus propiedades medicinales ya eran conocidas por los maoríes desde tiempos inmemoriales. Además de antioxidante, sus propiedades antimicrobianas y antivirales la hicieron muy popular para combatir las infecciones hasta la I Guerra Mundial; con el surgimiento de los antibióticos su uso decayó, pero hoy día continúa siendo muy apreciada en todo el mundo por sus múltiples beneficios para la salud