En una visita no anunciada de despedida en Irak, el presidente George W. Bush dijo el domingo que la guerra ha sido dura, pero necesaria para proteger a Estados Unidos y dar a los iraquíes esperanzas de un futuro pacífico.
\»La guerra no ha terminado\», insistió Bush, antes de agregar que la ofensiva militar aliada \»está a punto de ser ganada\».
Bush habló en una conferencia de prensa en compañía del primer ministro iraquí Nuri al-Maliki. El presidente estadounidense fue atacado, infructuosamente, por un periodista iraquí que le lanzó dos zapatos en señal de desprecio. Ni Bush al-Maliki resultaron heridos.
El hombre gritó \»¡Este es el fin!\» cuando arrojó los zapatos. En la cultura iraquí, arrojarle los zapatos a alguien es una señal de desprecio y un insulto supino.
Bush bromeó sobre el incidente y prosiguió el encuentro con los periodistas.
\»Queda mucho por hacer\», dijo Bush tras su reunión con al-Maliki, e indicó que el acuerdo de retirada de los soldados estadounidenses deja a Irak en buena posición.
En la conferencia de prensa, el mandatario norteamericano aplaudió los avances de seguridad en Irak y agregó que hace dos años \»dicho acuerdo hubiera sido imposible\».
\»Brilla la esperanza en los ojos de la juventud iraquí\», dijo Bush. \»Esto es el futuro por el que combatimos\».
Por su parte, al-Maliki indicó que \»hoy Irak avanza en todos los campos\».
Bush visitó la capital iraquí cuando le faltan apenas 37 días para que le herede la guerra al presidente electo Barack Obama, quien ha prometido acabar con el conflicto.
Bush se reunió con el presidente iraquí Jalal Talabani y los dos vicepresidentes, Tariq al-Hashemi y Adel Abdul-Mahdi, en el Palacio Salam, junto al río Tigris. El mandatario Bush defendió la guerra, que está en su sexto año.
\»La tarea no ha sido fácil, pero ha sido necesaria para la seguridad estadounidense, la esperanza iraquí y la paz mundial\», dijo el presidente. \»Estoy muy agradecido de que tengo la oportunidad de regresar a Irak antes de concluir mi término\».
Pero en muchos sentidos, la visita es una vuelta celebratoria sin victoria. Casi 150.000 soldados estadounidenses siguen en Irak combatiendo una guerra que es enormemente impopular en Estados Unidos y el resto del mundo.
Más de 4.209 miembros de las fuerzas armadas estadounidenses han muerto en la contienda, que ha costado al contribuyente norteamericano 576.000 millones de dólares desde que comenzó hace cinco años y nueve meses.
Luego de la ceremonia de recibimiento, Bush sostuvo una serie de reuniones rápidas con altos funcionarios iraquíes.
El presidente buscó resaltar la baja de la violencia en una nación aún dividida por conflictos étnicos y celebrar un reciente pacto de seguridad estadounidense iraquí, que prevé la retirada total de las fuerzas norteamericanas para finales de 2011
El viaje de Bush estuvo cubierto por un secreto extremo. La gente que hizo el viaje con Bush no le dijo a nadie acerca de los planes.
La Casa Blanca trató de evitar sospechas sobre el viaje, dando a conocer falsos calendarios de actividades de Bush en Washington el domingo. Aunque la situación de seguridad en Irak ha mejorado, un viaje a esa zona de guerra es considerado aún como peligroso
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