El gobierno interino egipcio llamó a consultas a su embajador en la capital turca horas después de que Ankara ordenase a su embajador en El Cairo regresar a Turquía en respuesta a la brutal represión contra los seguidores de Morsi.
El embajador de Turquía en el Cairo fue llamado a consultas a Ankara tras la sangrienta jornada del miércoles, en la que la intervención de las fuerzas de seguridad egipcias para desalojar varias acampadas de partidarios del ex presidente Mohamed Morsi en El Cairo dejó un balance de 638 muertos y unos 5.000 heridos, según cifras oficiales.
La información fue confirmada el jueves por el primer ministro turco Recep Tayyip Erdoğan a su regreso de Turkmenistán, explicando a los periodistas a bordo de su avión que el embajador Hüseyin Avni Botsalı regresaría a Ankara para analizar los últimos acontecimientos en Egipto. El Ministerio de Exteriores de Turquía informó que estaba previsto que el embajador Botsalı llegase a Turquía el viernes.
Poco antes Erdoğan reiteraba su petición de una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para frenar la violencia y lo que calificó como “masacre” en Egipto, al tiempo que criticó la decisión de las autoridades del país de declarar el estado de emergencia y un toque de queda en 14 provincias egipcias, incluyendo El Cairo.
En respuesta a la decisión del gobierno turco de retirar a su embajador, el gobierno interino designado por el ejército tras la destitución el pasado 3 de julio del presidente electo Mohamed Morsi anunciaba horas más tarde que llamaba igualmente a consultas al embajador de Egipto en Ankara.
“El ministro de exteriores Nabil Fahmy ha decidido llamar al embajador de Egipto en Ankara, Abdel Raman Salah, a consultas”, anunciaba la agencia estatal de noticias egipcia MENA, sin ofrecer más información al respecto.
Turquía ha sido uno de los pocos países que desde que Morsi fuera desprovisto de sus poderes presidenciales por orden del general Al-Sisi, jefe del Estado Mayor del ejército egipcio, ha condenado claramente la intervención de las fuerzas armadas egipcias y la destitución del presidente electo del país, calificando sin paliativos lo ocurrido como un golpe de Estado. Poco después de la intervención militar, todos los partidos políticos con representación en el parlamento turco condenaron por unanimidad el golpe contra Morsi y pidieron la restauración del gobierno democrático y civil en el país.
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