Turquía permanece expectante ante la decisión que adoptará esta semana el Tribunal Constitucional, que debe pronunciarse sobre la constitucionalidad del paquete de reformas del AKP.
Turquía permanece expectante ante la decisión que previsiblemente adoptará esta semana el Tribunal Constitucional, que debe pronunciarse sobre la constitucionalidad del paquete de reformas aprobadas por el gobierno del AKP que está previsto sea sometido a referéndum el próximo 12 de octubre.
La decisión que el alto tribunal adopte esta semana podría ser crucial no sólo para el futuro de las reformas aprobadas por el parlamento a primeros del pasado mes de mayo, y que incluyen una reestructuración del propio Tribunal Constitucional, sino que además algunos políticos en Turquía sugieren que podría llevar a unas elecciones anticipadas en caso de que el fallo sea en contra.
Desde el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del primer ministro Erdoğan se asegura que no existe ningún plan para celebrar elecciones anticipadas; desde las filas del partido gobernante se afirma incluso que el referéndum constitucional del próximo 12 de septiembre seguirá adelante incluso aunque el Constitucional anule dos de los artículos más importantes: el que establece la reforma de la estructura y funcionamiento del mismo tribunal, y el que hace lo propio con el Consejo Supremo de Jueces y Fiscales, máximo órgano decisorio del poder judicial en Turquía.
Desde la oposición se insiste sin embargo en que al partido de Erdoğan no le quedará más remedio que anular el referéndum y convocar elecciones anticipadas si el alto tribunal decide «descabezar» el paquete de reformas anulando esos dos artículos. Aunque el Constitucional ha asegurado que se limitará a examinar el paquete aprobado por la Asamblea Nacional Turca desde el punto de vista del procedimiento -teóricamente, la única competencia que tiene para someter a estudio una reforma aprobada en sede parlamentaria-, algunos analistas creen que los magistrados podrían dar una vuelta de turca y pronunciarse también sobre la propia «constitucionalidad» de las reformas, tal y como ya hicieran en su día con la famosa reforma que permitía el uso del velo islámico en las universidades públicas del país.
«Esperamos que el Tribunal Constitucional tome una decisión que contribuya a la democracia», dijo el ministro de Obras Públicas Mustafa Demir a los periodistas ayer domingo. En sus declaraciones, Demir criticó la labor de la oposición en turca, que obstaculiza cualquier intento del gobierno turco por sacar adelante las reformas necesarias que acerquen a Turquía a los estándares de la Unión Europea (de hecho la demanda ante el tribunal fue presentada por el principal partido de la oposición, el CHP).
«Los partidos en el gobierno presentan demandas constitucionales para conseguir mayores derechos, mientras que los partidos de la oposición (en Turquía) intentan bloquear las reformas… En el resto del mundo, es todo lo contrario: los partidos de la oposición intentan conseguirlo (más derechos), y los partidos gobernantes no hacen nada», declaró el ministro.
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