Las fuerzas armadas turcas bombardearon posiciones del ejército sirio tras el ataque que costó la vida a cinco civiles turcos. El parlamento de Turquía tenía previsto realizar una sesión de urgencia a última hora del miércoles.
Las fuerzas armadas turcas bombardearon objetivos en el interior de Siria a última hora del miércoles en respuesta al impacto de tres obuses el mismo día en la ciudad fronteriza de Akçakale, que las autoridades turcas atribuyeron a disparos del ejército sirio y que causaron la muerte a cinco civiles turcos (una mujer y sus cuatro hijos).
En un comunicado emitido por su oficina, el primer ministro turco Recep Tayyip Erdoğan informó que el ejército de Turquía había respondido al ataque -el tercer incidente de este tipo en menos de tres semanas- como medio de «auto-defensa» y de acuerdo a las leyes internacionales.
» Hemos respondido al ataque, y bombardeado objetivos en Siria», explicó el mandatario turco en el comunicado. «Nuestras fuerzas armadas en la región fronteriza (de Şanlıurfa) respondiendo de inmediato a este ataque abominable in línea con sus reglas de enfrentamiento; los objetivos fueron atacados por medio de fuego de artillería contra varios lugares en Siria identificados por radar», explicaba la nota.
«Turquía nunca dejará sin respuesta este tipo de provocaciones por parte del régimen sirio contra nuestra seguridad nacional», añadió Erdoğan en el comunicado oficial, que fue dado a conocer a última hora del miércoles y en el que se indicaba que el ministro de exteriores turco Ahmet Davutoğlu había acordado con el secretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen la celebración de una reunión de emergencia de la Alianza para abordar la situación en Siria y las agresiones de este país contra Turquía, que el pasado 22 de junio ya perdió a dos pilotos de combate cuando un avión de entrenamiento de las fuerzas aéreas fue derribado por artillería antiaérea siria.
Fuentes oficiales del gobierno turco confirmaron que tanto el secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-Moon como los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU habían sido informados por Ankara de su respuesta militar al ataque sirio, que se produce después de que el ministro de exteriores Davutoğlu ya advirtiera el pasado viernes tras el segundo bombardeo sobre Akçakale de que Turquía no permanecería impasible ante un nuevo ataque.
El ataque del ejército turco sobre territorio sirio se produjo después de que el primer ministro Erdoğan celebrara una reunión de emergencia tras el nuevo bombardeo sirio sobre la ciudad fronteriza de Akçakale, en la que además participó el general Necdet Özel -jefe del Estado Mayor-, el vice primer ministro Beşir Atalay y el ministro de justicia Sadullah Ergin.
Según informó la prensa turca, a última hora del miércoles la Asamblea Nacional de Turquía (parlamento) tenía previsto celebrar una sesión de urgencia para abordar la posición de llevar a cabo una operación militar transfronteriza, que precisa la autorización del parlamento turco. Kemal Kılıçdaroğlu, líder del principal partido de la oposición (CHP), anunció la cancelación de toda su agenda para asistir a la asamblea.
La Casa Blanca expresó en un comunicado su «indignación» por el bombardeo sirio sobre Turquía que dejó cinco muertos y numerosos heridos graves, y la secretaria de estado Hillary Clinton, que tenía previsto telefonear a última hora del miércoles a su homólogo turco, aseguró que Estados Unidos estaba manteniendo contactos con Turquía para analizar lo que calificó como «una situación muy peligrosa».
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