Barack Obama, reciéntemente elegido presidente de los Estados Unidos en una votación histórica -aunque no asumirá oficialmente su cargo hasta enero- no participará en la Cumbre del G-20 sobre la crisis financiera global, ni se reunirá con líderes de la comunidad internacional al margen del encuentro. Obama no acudirá a la Cumbre para evitar una bicefalia. De hecho, en su primera rueda de prensa oficial ha recordado que \»sólo tenemos un Presidente a la vez\» y, hasta el 20 de enero, \»el Gobierno de Bush sigue al cargo\».
Lo mismo ha reiterado el portavoz de Obama, Robert Gibbs, al afirmar que \»sólo hay un Presidente en este momento\». Hasta ahora no se había descartado que el presidente electo se fuera a reunir con algunos mandatarios del G-20 al margen de la Cumbre, para una primera toma de contacto con los representantes de los países más desarrollados y de las principales economías en desarrollo. Pero el equipo de Obama ha indicado que no hay nada acordado, pese a que Rusia ha asegurado que su presidente, Dmitri Medvedev, ya ha concertado una reunión con su futuro colega.
La Casa Blanca ya había advertido hace unos días que no se esperaba que el presidente electo, Barack Obama, estuviera en la mesa de discusiones de la cumbre del G-20. Preguntado por la posibilidad de que se produzcan encuentros con líderes de la comunidad internacional, Gibbs ha negado esos rumores y ha manifestado que Obama no va a tener ninguna reunión al margen de la Cumbre.
La Cumbre, que reunirá este próximo viernes y sábado a los jefes de Estado de las principales economías del mundo, aspira a iniciar lo que muchos analistas y expertos consideran la mayor reforma del sistema financiero en más de medio siglo, si bien muchos consideran que no producirá cambios inmediatos.
El G-20 está formado por los países del G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia), además de Rusia (con el que forman el G8), más las principales economías emergentes del mundo: Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía. Además el G-20 incluye a un representante del conjunto de países que forman la Unión Europea, razón por la cual España podrá acudir a la Cumbre después de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, le cediera a Zapatero uno de los dos asientos a que tiene derecho -como presidente de Francia (miembro del G7) y como presidente de turno de la UE (miembro del G-20), y de que Estados Unidos diera su visto bueno. Zapatero había insistido reiteradamente ante diversos foros internacionales que España, que actualmente ostenta según las estadísticas oficiales el 8º puesto de la economía mundial en términos de PIB (superando a Italia), debía estar en esa cumbre. Sin embargo las malas relaciones entre el gobierno de Zapatero y Bush habían dificultado hasta ahora seriamente esa posibilidad.
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