Mueren siete policías turcos en un atentado con coche bomba del PKK

Desde que el PKK rompiera unilateralmente hace un año la tregua declarada en 2013, han muerto unos 600 miembros de las fuerzas de seguridad turcas y más de 7.000 militantes del grupo terrorista.

Siete agentes de policía murieron y otros tres resultaron heridos el lunes en la provincia de Bingöl, al este de Turquía, después de que un artefacto de gran potencia explotara al paso de un autobús que transportaba fuerzas especiales de la policía turca.

La explosión se produjo en torno a las 17:45 hora local (16:45 CET) al paso del autobús policial, dejándolo convertido en un amasijo de hierros y creando un gran cráter en el suelo. Según informó a los medios el gobernador de Bingöl, Yavuz Selim Köşger, los terroristas emplearon un coche bomba cargado con explosivos y aparcado junto a la carretera.

“El vehículo estaba camuflado en un lateral de la carretera con una bandera turca en su parte trasera, e hizo explosión cuando el autobús de la policía pasó al lado”, dijo Köşger, confirmando la cifra de víctimas e indicando que dos de los heridos se encuentran en estado crítico.

Tras el atentado las fuerzas de seguridad turcas pusieron en marcha una amplia operación en la zona para tratar de localizar a los autores del atentado, atribuido a militantes del grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Precisamente numerosos residentes de Bingöl se concentraron frente al hospital donde ingresaron los heridos para protestar contra el atentado, coreando eslóganes contra el PKK.

El PKK, incluido en la lista de grupos terroristas internacionales de la Unión Europea y Estados Unidos, reanudó en julio de 2015 sus ataques en Turquía tras dos años de tregua declarada por su líder histórico, Abdullah Öcalan, que la organización armada rompió unilateralmente a raíz de un atentado suicida del Daesh en Suruç (provincia de Şanlıurfa) que costó la vida a 33 activistas kurdos.

Desde entonces se estima que han muerto decenas de civiles y unos 600 miembros de las fuerzas de seguridad turcas –incluyendo soldados, policías, gendarmes y guardias rurales- mientras que el PKK ha perdido a más de 7.000 de sus militantes armados en operaciones contra el grupo en Turquía, así como en los bombardeos contra sus campamentos en las montañas del norte de Irak fronterizas con Turquía.