104 personas fallecieron ayer miércoles, entre ellas 62 holandeses, al estrellarse un avión de la compañía libia Afriqiyah Airways a las afueras de la capital de Libia, Trípoli.
104 personas fallecieron ayer miércoles, entre ellas 62 holandeses, al estrellarse un avión de la compañía libia Afriqiyah Airways a las afueras de la capital de Libia, Trípoli, del que un niño holandés es el único superviviente.
A bordo del aparato, un Airbus 330 que se estrelló a las 6:00 de la mañana cuando se disponía a aterrizar, viajaban dos grupos de turistas holandeses entre los que había dos niños de 9 y 11 años. Las autoridades holandesas confirmaron que dos grupos de viajeros viajaban desde Johannesburgo (Sudáfrica) a bordo del avión siniestrado, y que tenían previsto hacer escala en Trípoli antes de seguir hacia Bruselas.
Por el momento no están claras las causas del accidente del vuelo 8U771, aunque el gobierno libio ya ha descartado que se trate de un ataque terrorista y señalaron que las condiciones meteorológicas eran buenas en Trípoli en el momento del siniestro. Entre las razones del accidente se barajan desde fallos técnicos a errores de los pilotos, pero se descarta que la nube volcánica haya tenido ninguna relación, dado que las cenizas procedentes de Islandia que han llegado al norte de África sólo han afectado a Marruecos.
Aparte de los 11 miembros de la tripulación de nacionalidad libia, la mayoría de los pasajeros eran extranjeros. Por ahora se desconoce la identidad y la edad del único superviviente, un niño holandés que viajaba a bordo y que según indicaron las autoridades libias ahora está ingresado en un hospital con pronóstico reservado.
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