Los 27 lograron un acuerdo que deja atrás la opción de suspender las negociaciones de adhesión con Ankara, pero pospone hasta octubre la apertura de nuevos capítulos por las presiones de Alemania, que celebra un mes antes elecciones generales.
Los ministros de exteriores de los 27 países que integran actualmente la Unión Europea dieron el martes una de cal y otra de arena a Ankara, al anunciar que no bloquearán la apertura de un nuevo capítulo de las negociaciones de adhesión pero posponiéndolo hasta el próximo mes de octubre, y supeditándolo al Informe Anual de Progresos que la Comisión Europea presentará entonces.
La apertura formal de las negociaciones sobre el Capítulo 22 (“Política Regional y Coordinación de Instrumentos Estructurales») había sido anunciada el pasado mes de febrero y se esperaba que comenzaran esta semana, antes del fin de la presidencia semestral de Irlanda que concluye el próximo 1 de julio.
La polémica y las tensiones suscitadas entre Ankara y la UE a raíz de las protestas en Turquía, y las críticas mutuas lanzadas en los últimos días entre varias instituciones y países de la Unión y el gobierno turco –incluyendo el primer ministro Erdoğan y el ministro para la UE Egemen Bağış- habían desembocado sin embargo en la oposición mostrada por países como Holanda y especialmente Alemania a la apertura de un nuevo capítulo de los 35 que componen las negociaciones de adhesión, tras tres años de estancamiento en el proceso.
Finalmente el martes los 27 acordaban en Luxemburgo despejar el camino para la apertura del Capítulo 22, pero lo posponían hasta octubre, cuando deberá aprobarse el Informe Anual de Progresos sobre Turquía presentado por la Comisión Europea, y a su discusión en el Consejo de Asuntos Generales de la UE; éste último deberá marcar una posición común sobre la apertura del Capítulo 22, así como determinar la fecha de la Conferencia de Adhesión.
La propuesta fue presentada por Alemania, que de este modo se apunta un claro tanto al lograr enviar un mensaje de disconformidad al gobierno de Ankara con la actitud mostrada hacia las protestas en Turquía y a las críticas llegadas al respecto desde instituciones europeas; el gobierno de la canciller alemana Angela Merkel logra así de paso una doble victoria, ya que su partido CDU –que recientemente incluyó en su programa electoral la oposición a la entrada de Turquía en la UE- podrá presentar la decisión del martes como un triunfo de sus tesis en Europa de cara a las elecciones generales alemanas, previstas para finales de septiembre.
Pese a todo el ministro de exteriores turco Ahmet Davutoğlu se mostró satisfecho en sus primeras reacciones tras la decisión, explicando que se había evitado una crisis bilateral entre Turquía y la UE al dejarse atrás la propuesta inicial de suspender “de facto” las negociaciones de adhesión con Turquía.
“Hemos acordado con el ministro de exteriores alemán Guido Westerwelle un texto que declara la apertura del Capítulo 22 (de las negociaciones de adhesión) sobre política regional”, dijo Davutoğlu en declaraciones a la prensa, añadiendo que había acuerdo para continuar con el proceso de integración de Turquía en la UE y que hasta octubre habría nuevas reuniones técnicas bilaterales para determinar los detalles de las negociaciones.
Antes de la decisión adoptada por los ministros de exteriores de los 27, el propio canciller turco mantuvo una intensa labor diplomática principalmente por vía telefónica con sus homólogos alemán, sueco y holandés así como con la responsable de política exterior de la UE, Catherine Ashton, y con el comisario europeo de ampliación, Stefan Füle. “Espero que no haya una crisis (entre Turquía y la UE) a corto plazo. Cuando se lee el texto (acordado el martes), la primera frase dice que se ha abierto un nuevo capítulo”, subrayó Davutoğlu.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía dio también la bienvenida a la decisión de los 27 en un comunicado oficial emitido el martes, calificándola como un paso positivo aunque no obstante insuficiente en las relaciones entre Ankara y Bruselas. “Turquía continuará dando pasos hacia la armonización con los criterios políticos y económicos (de la UE) como parte de las negociaciones que iniciamos en 2005, pese a todo tipo de obstáculos (impuestos por algunos países miembros)”, decía el comunicado ministerial.
El ministro de exteriores de Suecia –uno de los países más firmemente defensores de las negociaciones con Turquía- Carl Bildt y el propio Füle mostraron también su satisfacción por el acuerdo logrado, y Bildt subrayó la importancia que la decisión del martes tiene para la propia UE. Poco antes el ministro alemán de exteriores Guido Westerwelle reconocía a los periodistas en Luxemburgo que Alemania había flexibilizado su posición inicial para favorecer un acuerdo, y después de las “conversaciones constructivas” que el propio Westerwelle dijo haber mantenido con su homólogo turco Davutoğlu sobre la cuestión.
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