La imagen de un hombre abrazando a su esposa herida durante los atentados que sacudieron el sábado la capital turca se ha convertido en un icono de la tragedia vivida el 10 de octubre en Ankara.
La imagen de un hombre abrazando a su esposa herida durante los atentados que sacudieron el sábado la capital turca se ha convertido en un icono de la tragedia vivida el 10 de octubre en Ankara, cuando dos explosiones obra de sendos terroristas suicidas dejaron al menos 97 muertos y 246 heridos, 53 de los cuales siguen ingresados en unidades cuidados intensivos en hospitales por todo el país.
La fotografía, tomada por el cámara turco Tümay Berkin para la agencia Reuters, fue difundida ampliamente por medios de comunicación dentro y fuera de Turquía para ilustrar la tragedia vivida aquel día, en el que miles de personas se habían congregado en el centro de la ciudad precisamente para una marcha que pretendía reivindicar la paz y la hermandad… Pero, ¿qué hay detrás de la imagen? ¿Cuál es la historia de las personas que aparecen en esa dramática escena?
El hombre que aparece en la foto es İzzettin Çevik, un profesor turco residente en la provincia fronteriza de Şanlıurfa, en el sureste del país, que ese 10 de octubre había llegado a Ankara junto con su esposa Hatice –la mujer que aparece herida y llorando en la imagen- y su hermana, Nilgün.
Mientras que los otros dos hijos de İzzettin y Hatice se habían quedado en su casa en Şanlıurfa, su hija Başak Sidar había acudido a acompañarlos a la manifestación dado que estaba estudiando ingeniería en una universidad a las afueras de Ankara. Todos se reunieron frente a la estación central de ferrocarril de la ciudad, en el mismo lugar donde se produjeron las dos violentas explosiones que sesgaron con un intervalo de apenas unos segundos las vidas de decenas de personas, en el peor atentado terrorista de la historia de Turquía.
Aquellas explosiones cambiaron para siempre la vida de decenas, cientos de personas, y también la de İzzettin y Hatice. Lo que iba a ser un encuentro por la paz acabó convirtiéndose en una escena dantesca de caos, desesperación y dolor. Las bombas sesgaron de inmediato la vida de su hija Başak y de la hermana de İzzettin, Nilgün; İzzettin logró sobrevivir con heridas menores, pero su esposa recibió heridas en los ojos. Fue en el momento en que ésta lloraba desconsolada por la pérdida de su hija en medio de aquel horror, abrazada a İzzettin, cuando el fotógrafo captó su imagen convirtiéndola en un icono del dolor vivido aquel día por cientos de personas como ellos.
Aunque al día siguiente varios cientos de personas acudieron al mismo lugar donde se iba a realizar la marcha en Ankara para desafiar a los terroristas y homenajear a las víctimas, İzzettin regresó ese mismo domingo al distrito de Suruç en Şanlıurfa para enterrar a su hija y su hermana.
“Mi hija estaba en su cuarto año en la Universidad Atılım (de Ankara). Vino hacia nosotros mientras la esperábamos en el punto de encuentro, luego fuimos hasta el lugar (de la marcha). Teníamos confianza y sólo estábamos pidiendo ‘paz’, pero nos hicieron esto en pleno corazón de Ankara. Nuestro dolor es grande. Todo lo que quiero hacer ahora es que nuestras almas descansen. Mi esposa actualmente está bajo tratamiento en el hospital. No quiero decir nada más”, dijo con gran esfuerzo İzzettin en declaraciones recogidas por el diario turco Hürriyet.
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