»Israel tiene más que perder si rompe con Turquía»

Israel tiene más que perder que Turquía si no acepta las exigencias de Ankara para que se disculpe por el asalto a la flotilla humanitaria y ambos países acaban rompiendo sus relaciones.

Israel tiene más que perder que Turquía si no acepta las exigencias de Ankara para que se disculpe por el asalto a la flotilla humanitaria y ambos países acaban rompiendo sus relaciones, según comentaron analistas israelíes.
 
«En esta prueba de fuerza, Israel tiene más que perder que Turquía, que es miembro de la OTAN y mantiene vínculos más estrechos con el mundo musulmán. Puede prescindir más fácilmente de nosotros, que somos un pequeño país aislado en la región», declaró Ofra Bengio, profesora de la Universidad de Tel-Aviv y conocida como una especialista en las relaciones turco-israelíes.
 
Bengio hizo estas declaraciones el lunes después de que Ankara amenazase explícitamente esta semana con romper sus relaciones con Israel si el estado hebreo no pide disculpas por lo ocurrido y acepta pagar compensaciones para las familias de las 9 víctimas del abordaje, que se produjo en aguas internacionales. El gobierno de Netanyahu se apresuró sin embargo a responder que «no se disculpará jamás por tener que defender a sus ciudadanos», siguiendo con su argumento de que la flotilla suponía una provocación y de que los comandos israelíes se vieron obligados a disparar en defensa propia.
«Estamos ante dos gobiernos muy ideológicos… Los turcos han presentado demandas exageradas, y los israelíes deberían haber mostrado una mayor flexibilidad», agregó Bengio, que ve «muy difícil alcanzar un compromiso». Según esta académica israelí, «sólo Estados Unidos puede y debe intentar una reconciliación entre estos dos importantes aliados de Washington».
Precisamente uno de los ámbitos donde Israel podría salir perdiendo más es en el de la cooperación militar, ya que ambos países, desde hace algunas décadas aliados estratégicos, firmaron un acuerdo bilateral en 1996 a pesar de la repulsa mostrada en su día por los países árabes e Irán.
 
Bajo dicho acuerdo, Israel ha multiplicado en los últimos años las ventas de armas y los contratos de mantenimiento de equipos con el ejército turco, y varias empresas israelíes se han beneficiado de contratos para modernizar un centenar de cazas F-4 y F-5 turcos. Israel también ha vendido a Turquía misiles y equipamiento electrónico, le ha suministrado drones y material de vigilancia, y le ha modernizado 170 tanques del tipo M60. Por su parte, Turquía ofreció a la aviación israelí, limitada para sus ejercicios por el limitado tamaño de Israel, entrenarse durante maniobras conjuntas en la gigantesca meseta de Anatolia, maniobras de las que ha sido excluída tras el ataque a la flotilla humanitaria y el consiguiente deterioro en las relaciones bilaterales con Ankara.
 
Sin embargo, el análisis de Zvi Elpeleg, antiguo embajador israelí en Turquía, es algo distinto. «Israel está pagando el precio del rechazo de Europa para integrar a Turquía. Los turcos pensaron durante mucho tiempo que Israel era una vía para influir en Bruselas, pero ya no se lo creen».
«En cuanto a abrir el espacio aéreo turco a aviones israelíes para bombardear las instalaciones nucleares de Irán, estaba descartado, incluso cuando los dos países se llevaban mejor», agregó Dorothée Schmid, especialista sobre Turquía en el IFRI (Instituto Francés de Relaciones Internacionales), refiriéndose a las limitaciones de la cooperación militar entre los dos países.
A pesar de todo, en el frente económico los contactos entre empresarios privados de ambos países se mantienen, según comenta Dany Catarivas, responsable de la patronal israelí para las relaciones internacionales. «En ambas partes, los empresarios están de acuerdo en no mezclar la política y los negocios, y en no perjudicar unos intercambios que ascienden a cerca de 3.000 millones de dólares anuales», subraya.