Irán anunció el miércoles que suspendía la lapidación de Sakineh Mohammadi Ashtiani presionado por la campaña puesta en marcha en todo el mundo contra la condena que pesa sobre esta mujer.
Irán anunció el miércoles que suspendía la lapidación de Sakineh Mohammadi Ashtiani presionado por la campaña puesta en marcha en todo el mundo contra la condena que pesa sobre esta mujer, a la que el régimen de los ayatolás acusa de adulterio y de colaborar en el asesinato de su marido.
Según anunció un portavoz del ministerio de exteriores iraní, la sentencia contra Sakineh, encarcelada desde hace cinco años, ha quedado suspendida mientras se revisa de nuevo el proceso judicial. Sakineh, de 43 años y madre de dos hijos, fue condenada a morir lapidada en 2006 por haber mantenido relaciones con dos hombres tras la muerte de su marido, y posteriormente fue acusada de ser cómplice en el asesinato de su marido.
El abogado defensor de Sakineh, Mohammad Mostafai, tuvo que huir del país a principios de agosto tras ser perseguido por la policía iraní. A partir de ese momento el caso de esta mujer de etnia azerí se dió a conocer en todo el mundo, sobre todo después de que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que mantienen buenas relaciones con el presidente Mahmud Ahmadineyad, ofreciera asilo político a Sakineh, una opción que sin embargo fue rechazada por las autoridades de Irán.
La condena a muerte por lapidación está en vigor en Irán desde la Revolución Islámica de 1979, pero las autoridades judiciales iraníes no habían vuelto a ejecutar ninguna sentencia de muerte por lapidación desde 2007, año en que fue lapidada una mujer llamada Mahbubeh, quien supuestamente había confesado haber cometido adulterio. Precisamente la televisión pública iraní emitió hace poco unas confesiones filmadas de una mujer que afirmaba ser Sakineh Ashtiani, y en las que confesaba ser cómplice en el asesinato de su propio marido; pero los propios hijos de Sakineh insisten en que su madre es completamente inocente.
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