Washington y sus aliados se muestran preocupados después de que la inteligencia militar israelí afirmara el martes que hay evidencias de que Damasco empleó gas sarín contra los rebeldes.
El secretario de estado norteamericano, John Kerry, urgió el martes a la Alianza Atlántica a adoptar planes de contingencia contra el posible uso de armas químicas en Siria, una posibilidad que tanto Washington como sus aliados han esgrimido a menudo como un factor que podría desatar una acción bélica por parte de la OTAN.
“La planificación en lo que respecta a Siria, como ya ha hecho la OTAN, es una tarea adecuada para la alianza”, dijo Kerry el martes durante una reunión de ministros de exteriores de la Alianza en Bruselas. “Deberíamos también considerar cuidadosa y conjuntamente cómo está la OTAN de preparada para responder y proteger a sus miembros de una amenaza desde Siria, incluyendo cualquier potencial amenaza con armas químicas”, señaló el secretario estadounidense, quien pidió además una mayor cooperación con la oposición siria que combate al régimen de Bashar al-Assad.
El secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, declaró por su parte que la situación en el país árabe “se ha deteriorado dramáticamente y continúa suponiendo una amenaza a la estabilidad en la región”, al tiempo que subrayó la “extrema preocupación” de la OTAN por el uso tanto de misiles balísticos en el conflicto como por el “posible uso de armas químicas”. El país aliado que correría el mayor riesgo sería Turquía, que comparte más de 900 kilómetros de frontera común con Siria y donde la OTAN ya ha desplegado seis baterías de misiles Patriot, capaces de interceptar objetivos balísticos en pleno vuelo.
Las palabras de Kerry y Rasmussen se producen después de que el martes el general de brigada israelí Itai Brun, jefe de la división de investigación y análisis de la inteligencia militar de Israel, afirmara que hay evidencias de que muy probablemente el régimen sirio ha estado usando su arsenal de armas químicas –que reconoció públicamente poseer el verano pasado- para frenar el avance de los rebeldes, que han ido ganando inexorablemente el control de mayores áreas del país y arrinconando a las fuerzas leales a Assad en torno a la capital y otras grandes ciudades.
“De acuerdo a nuestro mejor conocimiento, se ha hecho uso (por parte del régimen de Assad) de armas químicas mortales contra los rebeldes en varios incidentes durante los últimos meses”, dijo Brun durante una conferencia sobre seguridad celebrada en Tel Aviv, en la que citó al menos un incidente ocurrido el pasado 19 de marzo en la provincia de Alepo, en la que 31 personas –probablemente todos ellos civiles- murieron presentando síntomas que hacen sospechar del uso de agentes químicos nerviosos.
“Las pupilas encogidas, la espuma saliendo de la boca y otros signos adicionales proporcionan evidencia de que se han usado armas químicas mortales”, dijo el militar israelí. “¿Qué armas químicas? Aparentemente gas sarín. El régimen (de Assad) está empleando también armas químicas neutralizantes pero que no son mortales”, dijo el general Brun.
El gas sarín fue desarrollado en 1938 en Alemania como un pesticida; de gran toxicidad, se trata de un agente nervioso y volátil que es además incoloro e inodoro, lo que lo hace aún más peligroso.
Kerry sin embargo indicó durante una conferencia de prensa celebrada el martes que durante una conversación telefónica mantenida ese mismo día con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, éste no había podido confirmarle el uso de armas químicas por parte del gobierno sirio. “Creo que es justo decir que (Netanyahu) no estaba en posición de confirmar eso en la conversación… Aún no sé cuáles son los hechos”, dijo Kerry a los periodistas.