Cerca de 200 personas fueron detenidas el martes sólo en Estambul, muchas de ellas acusadas de organizar “protestas violentas” e “ilegales” y de enfrentarse a las fuerzas de seguridad.
Equipos anti-terroristas de la policía turca procedieron a detener el martes a decenas de personas en las ciudades de Estambul y Ankara tras realizar desde primeras horas de la mañana varios registros en viviendas y oficinas, como parte de una operación abierta contra varios de los activistas que participaron en las protestas por el Gezi Park de la Plaza Taksim.
Entre los lugares que fueron registrados como parte de la operación se incluyeron la sede del diario Atılım y de la agencia de noticias Etkin, así como la emisora de radio Özgür Radyo. Entre los detenidos, habría también miembros del Partido Socialista de los Oprimidos (ESP) y del Partido Comunista Marxista-Leninista (MLKP), este último ilegalizado en Turquía e incluido entre las 12 organizaciones terroristas que operan en el país.
Al menos 193 personas fueron detenidas en Estambul, de las cuales 22 fueron acusadas de “organizar protestas violentas y hacer llamamientos a la población a participar en protestas ilegales”, a la espera de que se las someta a interrogatorio en los próximos días. En la capital del país, Ankara, las fuerzas de seguridad registraron también cerca de una treintena de sitios y practicaron numerosas detenciones en relación con las protestas organizadas en la ciudad.
HRW denuncia detenciones ilegales
Precisamente en un comunicado publicado el martes a través de su página web, la organización internacional de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció que había documentado “una enorme cantidad de detenciones arbitrarias y agresiones de la policía” durante las protestas llevadas a cabo el pasado fin de semana en Estambul por el Gezi Park.
HRW denunció que el excesivo uso de la fuerza del gobierno del primer ministro Erdoğan contra “una multitud pacífica en el Gezi Park” ha “precipitado una profundización de la crisis política y de derechos humanos en Turquía”.
Así mismo la organización subrayó que el uso de gas lacrimógeno en espacios cerrados por parte de las fuerzas del orden demuestra “un peligroso desprecio por el bienestar y especialmente las vidas de los manifestantes y el resto de los transeuntes”. Por último HRW llama la atención sobre que la respuesta del ejecutivo del AKP contra las protestas que se han sucedido en las tres últimas semanas ha “polarizado profundamente” la sociedad turca.
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