El presidente turco denunció el viernes la nueva ofensiva del régimen de Assad sobre la provincia siria de Idlib, que podría desatar una nueva oleada de refugiados hacia Turquía.
Tres soldados turcos murieron asesinados a última hora del jueves en el norte de Siria después de que un coche bomba hiciera explosión cerca de la localidad de Tall Abyad, una de las ciudades fronterizas sirias que fue liberada durante la ofensiva turca lanzada en octubre de 2019 para expulsar de la región al YPG, la rama siria del grupo terrorista PKK.
Las víctimas fueron confirmadas en un comunicado emitido por el Ministerio de Defensa de Turquía, que condenó el ataque y ofreció sus condolencias a las familias de los «mártires» (muertos en acto de servicio), a las Fuerzas Armadas Turcas (TSK) y al pueblo turco.
«No podrán dividir nuestra nación. No nos doblegaremos ante el terrorismo«, subrayó el jefe de comunicaciones de la Presidencia de la República, Fahrettin Altun, en un mensaje escrito en Twitter tras conocerse la noticia del atentado, que se produjo en un control de carretera de la región. Por su parte el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan aseguró el viernes que Turquía no permitirá que este atentado terrorista «quede sin respuesta».
Esta no es la primera vez que soldados turcos que patrullan la región junto con fuerzas locales son objeto de ataques por parte de miembros del YPG, la filial siria del PKK, que fue el objetivo de la Operación Fuente de Paz lanzada por el ejército turco el pasado 9 de octubre. La ofensiva fue suspendida después de que Estados Unidos y Rusia prometiesen a Ankara que el YPG abandonaría la región, pero el gobierno turco denuncia que la presencia del YPG/PKK continúa.
Nueva ofensiva del régimen sirio
Precisamente el viernes el presidente turco mostraba su preocupación por la escalada bélica en la provincia siria de Idlib y acusaba al régimen de Bashar al-Assad de no cumplir los acuerdos de alto al fuego pactados entre Turquía y Rusia, esta última un fiel aliado del régimen sirio.
Y es que el viernes fuerzas de Assad apoyadas por milicias chiíes iraníes lanzaban una ofensiva terrestre en la provincia de Alepo, teóricamente designada por los acuerdos entre Ankara y Moscú como una «zona de desescalada bélica» donde están prohibidos los actos bélicos.
«Esto es una prueba clara de que el régimen (de Assad) no cumple con los acuerdos que hemos adoptado sobre el alto al fuego«, denunció Erdoğan ante los periodistas refiriéndose al acuerdo de armisticio alcanzado el pasado 12 de enero, y que pretendía poner fin a los ataques del régimen sirio tras las repetidas violaciones de la zona de desescalada bélica, establecida en septiembre de 2018.
Se calcula que en esta zona viven unos 4 millones de personas, incluyendo cientos de miles de desplazados internos sirios, y los repetidos bombardeos del régimen sirio podrían desatar una nueva oleada de refugiados hacia Turquía, un país que ya es el que acoge a más refugiados del mundo y que ya ha advertido que no puede recibir a más sirios huidos de la guerra.
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Como gran aficionado a la historia que es, a Pablo le cautivó Turquía desde el primer día que la visitó en 2006: allí se casó, allí tiene una casa, y desde entonces se ha convertido en todo un experto en la actualidad de Turquía. Con una larga experiencia en medios de comunicación, está al frente de Hispanatolia desde 2011.