El primer ministro turco Recep Tayyip Erdoğan se ha visto forzado a cancelar buena parte de su agenda prevista en la última semana.
El primer ministro turco Recep Tayyip Erdoğan se ha visto forzado a cancelar buena parte de su agenda prevista en la última semana debido a problemas de salud. No obstante hoy jueves tenía previsto iniciar su segunda visita a Bruselas en lo que va de año con el objetivo de tratar la hostilidad de ciertos estados miembros de la UE sobre el ingreso de Turquía en la Unión.
Ya el pasado sábado el primer ministro turco tuvo que cancelar un viaje previsto a Grecia, donde esperaba asistir a la inauguración del nuevo Museo de la Acrópolis en Atenas. Fuentes gubernamentales dijeron que el viaje se había cancelado debido a una bajada de tensión causada por el tiempo extremadamente caluroso que está sufriendo Turquía estas últimas semanas.
Tras ofrecer sus disculpas a su homólogo griego y regresar a Estambul para descansar, Erdoğan no asistió tampoco a un congreso de su partido AKP que se celebró el domingo en la ciudad suroriental de Kahramanmaraş, misión que delegó en el vice primer ministro y portavoz del gobierno, Cemil Çiçek.
El lunes, el primer ministro volvió a cancelar otro encuentro, en este caso una reuníon de la Ejecutiva Central (MYK) de su partido. No obstante, si ejerció labores de anfitrión en un almuerzo organizado en Ankara para los embajadores de países miembros de la UE en Turquía, donde volvió a llamar la atención precisamente sobre los obstáculos puestos a Turquía para su integración en la Unión Europea.
Posteriormente el martes Erdoğan volvió a cancelar una reunión con miembros de su grupo parlamentario, al parecer para descansar en su casa de Ankara, según citaron fuentes de la prensa turca.
Erdoğan viaja a Bruselas
Tras superar sus problemas de salud, Erdoğan tiene previsto iniciar hoy jueves una visita a Bruselas en la que tratará de convencer a aquellos países más hostiles de las bondades del ingreso de Turquía en la UE.
Se trata del segundo viaje que realiza en este año el primer ministro turco a Bruselas, y se produce en un momento especialmente delicado después de que la cuestión de la adhesión de Turquía fuese uno de los «acicates» que muchos partidos conservadores europeos utilizasen para ganar votos durante las recientes elecciones al Parlamento Europeo, lo que ha sido ampliamente criticado tanto por la propia Turquía como por varios gobiernos dentro de la UE.
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