Erdogan abrió ayer la Conferencia de Seguridad de Múnich con un discurso en el que describió el papel estratégico de su país entre «tres mundos y tres culturas», el europeo, el musulmán y el asiático.
La situación geo-estratégica de Turquía la convierte además en uno de los principales corredores energéticos del mundo, como enlace entre Europa Occidental, el Cáucaso y Asia, sino también de transportes, insistió.
«La Unión Europea y Europa en general deberían analizar muy bien el papel estratégico de Turquía, que no sólo es importante para la UE sino para una región mucho más amplia; hay que verlo en un contexto mundial», subrayó Erdogan.
El Primer Ministro aseguró que Turquía puede desempeñar un papel mediador en el conflicto entre israelíes y palestinos, y pidió una solución diplomática para el contencioso con Irán.
Su país, dijo, ve la «paz mundial» como su principal objetivo y por ello considera necesaria la creación de una «Alianza entre civilizaciones».
En ese contexto resaltó la importancia del foro del mismo nombre lanzado por él en co-presidencia con su «amigo», el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
La conferencia de Múnich lleva este año por título: «Un mundo en desorden, desplazamiento de poder, falta de estrategia» y durante sus dos días de duración, 250 personalidades de 40 países, entre ellas cuarenta ministros y tres presidentes, repasarán los principales conflictos internacionales.
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