La asociación de exportadores de acero y hierro de Turquía (Immib) ha vuelto a denunciar la supuesta negativa de la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor) a concederle el certificado de calidad a sus barras de acero corrugado, el material de refuerzo del hormigón armado.
Como ya ocurrió durante su visita a España el pasado mes de noviembre, los responsables de Immib siguen denunciando que la actuación de Aenor va en contra de las leyes de la competencia y aseguran que seguirán luchando por la certificación hasta conseguirla.
Para llamar de nuevo la atención sobre la opinión pública, Immib invitó recientemente a un grupo de representantes de la prensa económica española a conocer sus fábricas en los alrededores de Estambul, para tratar de demostrar que su acero cumple con las normas de calidad y seguridad y que sus instalaciones están a la altura de las exigencias medioambientales europeas.
Han acudido incluso a la Comisión Europea, amparados por la Asociación de Importadores y Distribuidores de Aceros para la Construcción (ASIDAC), para que medie en lo que, a su juicio, va en contra de las leyes de la competencia.
Los productores turcos creen que Aenor se niega a darles el certificado porque serían competencia directa de las empresas españolas, y recalcan que el comité de certificación del acero de Aenor está formado únicamente por empresas españolas.
Según Yilmaz Aslan, vicepresidente de Immbib, Aenor les ha dado a entender que nunca van a conseguir el certificado.
Pero Aenor asegura que en su comité de certificación de productos del acero para hormigón hay empresas extranjeras, que no han concedido el certificado a las acerías turcas porque no han presentado la solicitud correctamente.
El precio del acero para la construcción certificado por Aenor suele aumentar entre 100 y 50 euros en épocas de mucha demanda, algo que coloca a los exportadores turcos en desventaja y que, según el presidente de Immib, Serdar Koçturk, aumenta \»de forma injusta\» los precios de las propiedades.
\»La entrada del acero turco, bajaría los precios de la construcción\» en España, asegura Koçturk.
Después de los Emiratos Árabes Unidos, España es el segundo mercado de exportación del acero turco con 975 millones de toneladas durante los primeros meses de 2007.
La industria siderúrgica turca es un sector empresarial muy fragmentado y controlado por las mismas familias que fundaron las acerías empezando muchas veces con pequeños negocios hasta llegar a convertirse en los armadores de los barcos que utilizan para exportar sus productos; quizás por este modelo de negocio, Turquía es el mayor exportador mundial de acero.
Son imperios familiares que en su mayoría, como Içdas, controlada por la familia Aslan, no prevén salir a bolsa, pero sí quieren continuar expandiéndose.
Turquía es el mayor importador de chatarra del mundo y el segundo mayor consumidor de Europa.
\»Somos el basurero de europa\», dice el presidente de Immib mientras muestra orgulloso las \»montañas de chatarra europea\» que fundirán para fabricar el acero.
El 71% de las materias primas que utiliza la industria del acero turco provienen del reciclaje de chatarra importada en su mayoría de países de la Unión Europea.
En 1996 la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), acordó con Turquía la supresión de los derechos de aduana en el comercio bilateral de acero.
Turquía comercializa libremente sus productos de hierro y acero con todos los países miembros de la UE y cuenta con los certificados de calidad de Francia (Afnor), Reino Unido (BS), o el exigente certificado DIN alemán, solo se les resiste el certificado reconocido por el Ministerio de Fomento Español, Aenor.
Los empresarios del Immib defienden la modernidad de sus fábricas y los controles en sus laboratorios, están seguros de que la calidad de sus barras de acero es \»igual o mejor\» que la de las producidas en España y no entienden por qué en España hay más de un organismo de certificación de calidad (Aenor, Eduardo Torroja, ECA) en vez de uno sólo como en la mayoría de los países de la UE.
Aenor, sin embargo, duda de la calidad y la independencia de las empresas turcas y señala la competencia del acero de China como otra causa del interés de los turcos por la N de AENOR.
Pero Koçturk está convencido de que China no es una amenaza y de que \»el acero no es clave en las exportaciones chinas, sino que lo usan más para su crecimiento interno\».
Tras el derrumbe de un viaducto de las obras de la autovía del Mediterráneo en noviembre de 2005, algunas fuentes culparon al acero, procedente de Turquía, que se usaba en la construcción.
Pero el Immib niega estas acusaciones y recuerda que su acero, posee el certificado de adherencia del Instituto Eduardo Torroja y se utiliza en las obras del AVE a Valencia y la Expo de Zaragoza.
Más allá del \»problema\» con Aenor, el Immib alaba las buenas relaciones bilaterales, tanto políticas como comerciales, entre España y Turquía, y están seguros de que se puede solucionar con diálogo.
Al margen de esta batalla, España también juega el papel de importador, en este caso de productos planos del acero hacia Turquía.
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