Caos y protestas en la última sesión del juicio contra la trama golpista Ergenekon

La sesión del juicio que se sigue en la prisión Silivri de Estambul se convirtió el jueves en un escenario estrambótico, con manifestantes enfrentados a la policía en el exterior y abogados y público boicoteando el proceso en el interior de la sala.

 

La sesión nº 270 del juicio que se sigue en la prisión Silivri de Estambul contra la organización nacionalista conocida como «Ergenekon» se transformó el jueves en un escenario caótico con partidarios de los acusados enfrentándose a la policía en el exterior mientras en el interior del tribunal los abogados de los encausados trataban de boicotear el alegato final de la fiscalía.

Miembros de la gendarmería turca encargados de custodiar el lugar tuvieron que contener a cientos de manifestantes opuestos al juicio que se habían concentrado frente a la entrada a la prisión de Silivri desde primeras horas de la mañana, convocados por el kemalista Partido Republicano del Pueblo (CHP, el principal partido de la oposición en Turquía), el comunista Partido de los Trabajadores (İP) y la Asociación de Pensamiento Atatürkista (ADD), entre otras organizaciones civiles y políticas.

Los participantes en la protesta, que acusaban al gobierno de estar detrás de un juicio que consideran político y defienden la inocencia de los incausados, portaban numerosas banderas y pancartas  en las que podían leerse lemas contra el partido gobernante AKP acusando al ejecutivo de fascista y de querer acabar con el estado laico en Turquía.

Mientras en el exterior la policía antidisturbios tenía que emplearse con dureza utilizando gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a la multitud que pretendía irrumpir en la sala donde se celebraba el juicio, en el interior el juez que presidía el tribunal, Hasan Hüseyin Özese, advertía al público presente que si no guardaba el silencio y el respeto debido obligaría a desalojar la sala, después de que los presentes prorrumpieran en aplausos y vítores a la entrada de los acusados.

Lejos de amedrentarse, el público desafío al juez asegurando que no se irían sin los acusados, obligando a Özese a ordenar el desalojo. El juicio continuó tras una media hora de receso por el incidente pero se vio de nuevo interrumpido cuando Vural Ergül, el abogado de uno de los acusados, comenzó a corear eslóganes a favor de uno de los defendidos obligando al juez a ordenar un segundo receso mientras se desalojaba a Ergül. Nuevamente el juicio se vio interrumpido por tercera vez cuando los abogados de los acusados comenzaron a golpear sus mesas impidiendo a uno de los jueces del tribunal leer el pliego de acusaciones y aseguraron que no escucharían los cargos. Finalmente los ex generales acusados Başbuğ, Tolon y Hasan Iğsız abandonaron la sala.

La sesión del jueves había despertado una gran expectación tras saberse que los fiscales podrían presentar sus alegatos finales, lo que indicaría que el largo juicio que ha copado durante los últimos cinco años portadas de prensa y debates políticos en Turquía se encontraba en sus últimas etapas, a la espera de que los acusados utilicen su derecho a realizar una última declaración en su defensa, lo que dado el abrumador número de encausados podría llevar no obstante aún varios meses.

Numerosos juristas criticaron el jueves la actuación del público y las organizaciones y partidos políticos convocantes tanto dentro como fuera de la sala. Una de las actuaciones más polémicas se produjo no obstante cuando el diputado del CHP Umut Oran, presente en la sala junto con varios miembros de su partido, sacó una foto del juicio y la colgó en la red social Twitter violando así el Artículo 286 del Código Penal Turco (TCK), que estipula como un crimen castigado con hasta seis meses de cárcel la realización de imágenes, videos o grabaciones de un proceso judicial y su posterior difusión.

Ergenekon es una red criminal clandestina de corte ultranacionalista que fue descubierta a raíz del hallazgo en 2007 en un barrio de Estambul de un depósito de municiones, que destapó toda una trama en la que aparecieron implicados políticos, académicos, periodistas, funcionarios y antiguos miembros del ejército, y que supuestamente planeaba llevar a cabo una serie de atentados y acciones para sembrar el caos y el desorden en el país y forzar una intervención del ejército que expulsase del poder al gobierno del partido AKP, que gobierna en Turquía desde su primera victoria en las urnas en 2002.

Actualmente hay 275 acusados en la investigación que se sigue contra Ergenekon -considerada parte de lo que en Turquía se conoce como «Estado Profundo»- de los cuales 66 están en prisión preventiva a la espera del veredicto. Diversos partidos y organizaciones principalmente de corte nacionalista defienden la actuación de los acusados, y acusan al gobierno de haberse inventado los cargos para supuestamente acabar con los defensores del estado laico en Turquía.