Al menos 42 muertos y 352 heridos por dos explosiones en el Líbano

Dos explosiones sacudieron sendas mezquitas en la ciudad de Trípoli a la salida de la oración del viernes, pocas horas después de un ataque israelí contra bases de militantes islamistas al sur del país.

La cifra de víctimas por las dos explosiones que sacudieron el viernes la ciudad libanesa de Trípoli a la salida de la oración en las mezquitas alcanzaba ya durante la tarde los 42 muertos y 352 heridos, según informaron fuentes del Ministerio de Salud del Líbano.

Las deflagraciones, aparentemente coordinadas, se produjeron en el exterior de dos mezquitas de la ciudad, ubicada al norte del país y poblada mayoritariamente por musulmanes sunníes, cuando la multitud salía de rezar la oración del viernes de los templos.

Numerosas ambulancias y bomberos podían verse en la zona en medio de un escenario dantesco con coches quemados, cuerpos sin vida y numerosos heridos, mientras una gran columna de humo se alzaba sobre Trípoli. Fuentes de seguridad libanesas confirmaron que el número de víctimas en las mezquitas de Taqwa y Al-Salam era elevado y que la cifra de fallecidos podría seguir aumentando en las próximas horas.

Este doble ataque tiene lugar justo una semana después de que otro atentado en un suburbio chií al sur de Beirut causase más de una veintena de muertos y cientos de heridos. En aquella ocasión un grupo sunní se atribuyó el ataque contra este bastión de las milicias de Hezbolá, acusándolas de ser agentes de Irán y de ayudar al régimen de Bashar al-Assad en Siria, cuyo conflicto amenaza cada vez más con extenderse al Líbano y encender las tensiones sectarias latentes en el país.

Para agravar la situación, aviones israelíes bombardeaban a primera hora del viernes una base de militantes islamistas en el Líbano, ubicada cerca del campo de refugiados palestinos de Rashidiyi, entre Sidon y Beirut. El ataque fue calificado por el ministro de defensa hebreo Moshe Yaalon como una “respuesta” al lanzamiento de cohetes realizado el jueves contra la región de Galilea, al norte de Israel, que fue reivindicado por un grupo sunní denominado Brigadas de Abdullah Azzam y vinculado a Al-Qaeda. Yaalon añadió que consideraba “responsable” al gobierno libanés del suceso y que Israel “no aceptará ningún disparo o provocación”.