La normalización entre los dos Estados puede hacer que la región sea más segura y pacífica.
Tras décadas de relaciones gélidas, los dos países vecinos, Turquía y Armenia, parecen estar desescalando sus tensiones. Al menos, Ankara y Ereván han empezado a comunicarse. Los vuelos entre Estambul y Ereván se iniciaron la pasada semana. Ambos países recientemente mantuvieron conversaciones “positivas y constructivas” en Moscú, según informaciones de ambas partes, aumentando las esperanzas de reabrir sus fronteras, selladas desde 1993.
El antiguo embajador turco en los Estados Unidos Serdar Kılıç ha sido nombrado enviado especial turco en las conversaciones para la normalización con Armenia; y, recíprocamente, Armenia ha designado al vice presidente del parlamento Ruben Rubinyan como su representante especial.
En 2009, hubo un proceso de paz y un acuerdo entre los dos Estados. El ex presidente de Armenia Serg Sargsyan realizó una visita a Turquía en 2009, reuniéndose con el ex presidente turco Abdullah Gül, y ambos incluso vieron un partido de fútbol juntos en un estadio; sin embargo, aquel acuerdo nunca fue ratificado.
Ahora, existe la esperanza de nuevo, y debo decir que la normalización sólo traerá progreso para ambas partes, y es recomendable tanto para armenios como para turcos.
Una historia compartida
Siempre he defendido que armenios y turcos son hermanos y hermanas. Las luchas por el poder en la política internacional no deberían separarnos. Compartimos una historia común; crecimos juntos, así que las atrocidades contra cualquiera de nosotros nos duelen a todos. Deberíamos dirigirnos los unos a los otros con empatía, a pesar de tener diferentes visiones sobre la historia. Tenemos que sentarnos y hablar de forma pacífica.
Los esfuerzos por la normalización pueden allanar el camino para el comercio bilateral, que beneficia principalmente a Armenia. Siendo un país interior con interacciones económicas limitadas debido a las fronteras cerradas con Turquía y Azerbaiyán, Armenia tiene fronteras abiertas al mundo por dos zonas: Georgia e Irán. Así que, al abrir sus fronteras con Turquía, su economía puede revitalizarse drásticamente. La Agencia Anatolia informó que, según Richard Giragosian, presidente del Centro de Estudios Regionales en Ereván, la economía y el comercio se reconocen ahora como incentivos reales para la normalización bilateral con Turquía.
Para ambas partes, la normalización serán una situación en la que todos saldrán ganando. El este de Turquía se beneficiará del comercio transfronterizo y, para toda Armenia, será un paso revitalizante para su economía y su política.
El apoyo de Azerbaiyán
Los enviados especiales de ambos países celebrarán una segunda ronda de conversaciones en Viena a finales de este mes. Otro punto que aviva la esperanza del éxito es que Azerbaiyán apoya en esta ocasión el diálogo entre Turquía y Armenia.
El ministro de exteriores turco Mevlüt Çavuşoğlu ha dicho que Baku no se opone a los esfuerzos de diálogo de Turquía con Armenia; al contrario, apoya estos esfuerzos.
“Azerbaiyán no está molesta por los esfuerzos por la normalización. Al contrario, el país los apoya, y Ankara lleva a cabo estos esfuerzos en coordinación con Baku”, dijo Çavuşoğlu.
Creo que la victoria de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj juega un papel significativo en la actitud positiva de este país. Ahora mismo es el actor regional más fuerte, prácticamente el ganador. Baku está ahora optimista tras la victoria, y fortaleciendo sus relaciones con Ankara.
En general, las condiciones son favorables para la normalización entre Armenia y Turquía, lo que lleva a una normalización entre Azerbaiyán y Armenia. Estos esfuerzos de paz traerán prosperidad y hermandad a la región. Que los tres países disfruten de relaciones amistosas, puede hacer del Cáucaso una zona estable. Ahora, tengo esperanzas de que estos países mantengan sus buenas relaciones, a pesar incluso del acechante riesgo de que Rusia y los Estados Unidos persuadan a Azerbaiyán y Armenia respectivamente para que hagan lo contrario.
Nagehan Alçı
Artículo traducido del original publicado el 14-02-2022 en la edición internacional del diario turco Sabah.
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