Dos importantes miembros de los gobiernos de Turquía e Israel se reunieron secretamente el martes en Bruselas para discutir cómo enmendar las maltrechas relaciones entre los dos antiguos aliados.
Dos importantes miembros de los gobiernos de Turquía e Israel se reunieron secretamente el martes en Bruselas para discutir cómo enmendar las maltrechas relaciones entre los dos antiguos aliados tras el ataque que el estado hebreo llevó a cabo contra la flotilla humanitaria el pasado mes de junio.
Tanto fuentes del gobierno turco como del israelí han confirmado este encuentro, que fue mantenido al parecer el martes en Bruselas entre el ministro de exteriores turco Ahmet Davutoğlu y el ministro hebreo de Industria y Comercio, Benjamin Ben-Eliezer, miembro de la Knesset (parlamento israelí) y del partido laborista israelí, conocido por su visión crítica del ataque israelí contra la flotilla humanitaria y un firme defensor de mantener fuertes lazos entre Tel-Aviv y Ankara.
En un principio fuentes israelíes habían declarado que el encuentro se había mantenido en la ciudad suiza de Zurich, pero fuentes turcas aseguraron que el encuentro se celebró en Bruselas, donde el ministro Davutoğlu se encontraba encabezando una delegación turca que asistía a una conferencia de ministros de la Unión Europea.
Los lazos entre las dos antiguas naciones aliadas sufrieron un serio a finales de mayo, cuando ocho ciudadanos turcos y otro estadounidense murieron a causa de los disparos de los soldados israelíes durante el abordaje de uno de los barcos que encabezaba una flotilla humanitaria que pretendía entregar ayuda a la asediada Franja de Gaza, que soporta un férreo bloqueo israelí desde hace varios años.
Aunque en principio el encuentro iba a ser secreto, una televisión israelí desveló ayer miércoles por la noche que se había producido la reunión, si bien en un principio el canal de noticias israelí dijo que ambos ministros se habían encontrado en Zurich, no en Bruselas. La noticia provocó el enfado del ministro de exteriores israelí Avigdor Lieberman, uno de los pesos pesados del gabinete de Netanyahu pero también un extremista nacionalista que es conocido por mantener una postura contraria a cualquier cesión a Turquía; Lieberman arremetió contra Netanyahu diciendo que el suceso suponía «un serio golpe» a la confianza entre su partido y el del primer ministro.
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