Estambul, Santa Sofía, entrada a la mezquita

Se cumple un año de la reapertura de Santa Sofía de Estambul como mezquita

Declarada en 1985 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, turistas y fieles comparten ahora este templo construido hace 1.500 años por Justiniano.

Mañana se cumple un año de la reapertura de Santa Sofía, icono de Estambul, como mezquita tras 86 años funcionando como museo: una decisión que hoy día aún sigue teniendo opiniones a favor y en contra dentro y fuera de Turquía, pero que no ha afectado a las visitas a este magnífico monumento de casi 1.500 años de antigüedad, uno de los más visitados por los turistas.

A pesar de que el último año ha estado marcado por las restricciones a las actividades y los viajes a causa de la pandemia de coronavirus, Santa Sofía ha recibido más de 3 millones de visitas, según datos oficiales; el edificio, como el resto de las mezquitas, permaneció abierto a pesar de las restricciones en Turquía por la COVID-19 mientras la mayoría de museos eran cerrados.

Debido a su reapertura como mezquita, ahora Santa Sofía cuenta con algunos alicientes extra para quienes desean visitarla como turistas: por un lado, su horario de apertura es mayor -se puede visitar también de noche– que cuando funcionaba como museo; pero además, ahora la entrada es totalmente gratuita.

Turistas y fieles comparten ahora Santa Sofía

Algunos visitantes se han que han quejado en el último año de que el acceso estaba restringido a algunas zonas, como el piso superior; no obstante esta medida estaba relacionada con unas obras de restauración, y no con la función como mezquita del edificio propiamente dicha.

Otros lamentan sin embargo que las cortinas que cubren los iconos religiosos de la cúpula situada sobre el mihrab, que se había anunciado que permanecerían visibles fuera de las horas de oración -el Islam prohíbe las imágenes de personas- estén normalmente cerradas también durante las visitas del público.

A pesar de las dificultades del último año, se calcula que a lo largo de 2020 y 2021 Santa Sofía recibió de media unas 5.000 visitas de turistas durante los días por semana, y unas 12.000 visitas durante los fines de semana, aunque debido a la situación de pandemia sigue siendo obligatorio el uso de la mascarilla y el mantenimiento de la distancia social.

El templo es especialmente apreciado por los fieles musulmanes, y en ocasiones -especialmente en la oración después del mediodía- se pueden congregar hasta más de 1.500 personas para rezar: una cifra que se triplica durante la oración del viernes, en las que muchos fieles tienen que acomodarse en Sultanahmet por falta de espacio en el interior.

En 1985 Santa Sofía fue declarada 1985 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

Santa Sofía fue construida bajo el reinado del emperador bizantino Justiniano I; consagrada el 26 de diciembre del año 537, se dice que Justiniano, maravillado por el edificio, exclamó al verlo “Salomón, te he vencido”, refiriéndose al famoso templo en Jerusalén construido por el monarca israelí.

El templo siguió funcionando como basílica bizantina ortodoxa por 916 años -salvo cuando tras la conquista y saqueo de Constantinopla por los cruzados en 1204 funcionó como catedral católica por varias décadas- hasta que los otomanos conquistaron Constantinopla en 1453; entonces, el Sultán Mehmet II la reconvirtió en mezquita, función que mantuvo durante casi cinco siglos hasta que en 1934 fue reabierta como museo.

Nombrada en 1985 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el 10 de julio de 2020 un tribunal turco declaró ilegal el decreto que en 1934 la convirtió en museo, por lo que tras 86 años la llamada a la oración volvió a sonar en Santa Sofía de Estambul, ya consagrada de nuevo como mezquita.

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