El grupo empresarial turco, que atraviesa serios problemas financieros, dispone de sólo 60 días para recuperar sus acciones en Turkcell, la mayor operadora de telefonía móvil de Turquía.
Un tribunal británico dictaminó el martes que el holding empresarial turco Çukurova deberá pagar una suma de más de 1.200 millones de euros a la empresa de telecomunicaciones rusa Altimo para poder recuperar sus participaciones en Turkcell, la mayor empresa operadora de telefonía móvil de Turquía.
La sentencia abre una posible vía de solución para la disputa que vive Turkcell desde hace años pero presenta nuevas incógnitas difíciles de resolver, empezando por cómo logrará el Grupo Çukurova reunir tal cantidad de dinero teniendo en cuenta los graves problemas financieros y de endeudamiento que atraviesa, habida cuenta además de que la sentencia da un plazo de sólo 60 días al holding turco para realizar el pago. Además a partir de la fecha de publicación de la sentencia, Çukurova deberá pagar intereses sobre la cantidad inicial por cada día que pase sin satisfacer la cantidad exigida.
La disputa judicial viene precisamente de una deuda de unos 1.000 millones de euros contraída por parte de Çukurova con Altimo hace ocho años y que quedó impagada, a lo que la empresa rusa respondió apropiándose del 13,8% del grupo turco en Turkcell, donde Altimo a su vez tiene un 13,2% de las acciones de la compañía de telefonía móvil.
El pasado mes de enero otro tribunal británico dictaminó que Altimo estaba en su derecho de apropiarse de las participaciones de Çukurova en Turkcell pero que el holding turco debía tener la opción de poder recuperarlas “bajo condiciones apropiadas”. Las acciones de Turkcell en la bolsa crecieron el martes un 3% tras conocerse la sentencia.
La disputa en torno al accionariado de Turkcell obligó el pasado junio a cancelar la asamblea general de la compañía, que no ha podido acordar la composición de su junta directiva ni aprobar las cuentas sobre la distribución de dividendos. En marzo la Junta de Mercados de Capital de Turquía (SPK) intervino designando a tres directivos independientes para Turkcell, pero aun así han continuado los problemas que han impedido hasta la fecha que la mayor empresa de telefonía móvil del mercado turco lleve dos años sin poder celebrar una reunión de su junta directiva.
El Fondo de Garantías de Depósitos de Ahorro de Turquía (TMSF, por sus siglas en turco) ordenó el pasado mayo la confiscación de diez empresas del grupo empresarial turco Çukurova, incluyendo algunas tan conocidas como los diarios Akşam y Güneş, la cadena de televisión SkyTürk, o la empresa encargada de la emisión de la liga nacional de fútbol Digiturk, en un intento de cubrir parcialmente la deuda que acumula el holding, que asciende a un total de más de 350 millones de euros.
Sólo unos días antes el TMSF ordenaba también la confiscación de otros activos del conglomerado empresarial turco, incluyendo la conocida cadena de televisión turca Show TV, después de que el Holding Çukurova no hubiese hecho frente a los pagos de un crédito público para cubrir su deuda. El TMSF, que dejó a Çukurova sin sus activos más valiosos, anunció entonces que por el momento no estaba prevista una confiscación de las acciones del grupo en Turkcell pero que estas podrían usarse como garantía del pago de la deuda en el futuro.
El Grupo Çukurova está presidido por Mehmet Emin Karamehmet, considerado por la revista Forbes como el segundo hombre más rico de Turquía y entre los 400 más ricos del mundo. Karamehmet sin embargo fue sentenciado hace poco a siete años de prisión en su país por fraude y malversación de fondos.
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