Baykal acepta hablar con Erdoğan sobre la iniciativa kurda

Cada vez parece más cercana la posibilidad de un acuerdo entre el CHP y el AKP sobre el proyecto del gobierno.

El principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), parece cada vez más cerca de apoyar la iniciatva del gobierno turco que pretende otorgar más derechos culturales a la minoría kurda del país para tratar de poner fin al terrorismo en el sureste de Anatolia. Eso es al menos lo que parece desprenderse de la decisión finalmente adoptada por el líder del CHP, Deniz Baykal, de reunirse con el primer ministro y líder del AKP Recep Tayyip Erdoğan para debatir la cuestión, algo que el propio Baykal había descartado totalmente anteriormente.

Baykal anunciaba este lunes su deseo de reunirse con Erdoğan en los próximos días tras una carta enviada el pasado viernes por el primer ministro dirigida al líder de la oposición, en el que le pedía su apoyo a la iniciativa democrática pro-kurda liderada por el ejecutivo del AKP. La respuesta no se hizo esperar, y el propio Deniz Baykal fue quien respondió por medio de otra misiva mostrando su disposición a reunirse con él en las próximas fechas para tratar la cuestión. «Estaré encantado de acogerle en la sede del CHP -en Ankara- la próxima semana en cualquier momento que desee», decía Baykal en su carta de respuesta. Junto con la carta, el líder del CHP adjunto tres informes relacionados con la cuestión kurda y elaborados por el CHP: «Aproximación a los Problemas del Este y el Sureste y Propuestas de Solución-1989», «Propuesta sobre el Uso de Lenguas Diferentes al Turco-1991», y «Secciones del Programa del CHP sobre los Problemas del Este y el Sureste-2008».

El vicepresidente del CHP, Onur Öymen, insistió sin embargo a los medios que el partido mantiene sus «líneas rojas» con respecto a las posibles soluciones planteadas a la llamada «cuestión kurda», líneas que incluyen cualquier fórmula que pase por cambiar la estructura unitaria del país o la introducción de la enseñanza en kurdo en las escuelas. Esas condiciones, según Öymen, deberán respetarse para que el CHP se siente hablar con el gobernante AKP sobre el tema. Otra «línea roja» para el principal partido de la oposición en Turquía es cualquier intento de promulgar una amnistía general para los miembros del grupo terrorista kurdo Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que pueda incluir a su líder actualmente encarcelado, Abdullah Öcalan.

A tenor sin embargo de los anuncios previos hechos por el AKP sobre las posibibles soluciones al problema kurdo, parece que el CHP no tendrá de qué preocuparse y que el acuerdo entre los dos principales partidos del país será posible; de hecho, el propio primer ministro Erdoğan ya dijo en varias ocasiones que la cuestión de la estructura unitaria del estado y una amnistía general para el PKK no se tocarían, y únicamente expresó su deseo de considerar algunas propuestas sobre el kurdo que, como mucho, hablaban de incluir el kurdo como una asignatura optativa en las escuelas, pero nunca de una educación plenamente en lengua kurda como teme el partido de la oposición. En otras palabras: el AKP no incluirá en su «iniciativa kurda» nada que exija un cambio en los tres primeros artículos de la Constitución, que hacen referencia a la estructura del estado y a la lengua oficial, y que son intocables.

Críticas al acuerdo con Armenia

El vice presidente del CHP no quiso sin embargo desaprovechar la ocasión de hablar con la prensa para criticar el acuerdo aún caliente con Armenia -pendiente de ser aprobado por la Asamblea Nacional Turca- que prevé la normalización de relaciones entre los dos países y la reapertura de sus fronteras.

Öymen aseguró que en ese acuerdo Turquía había hecho importantes concesiones a Armenia sin recibir nada a cambio, y se refirió como ejemplo a la reapertura de fronteras sin exigir a Armenia el reconocimiento del Tratado de Kars, que establece la delimitación de las fronteras entre los dos países. El responsable del CHP aseguró que el acuerdo firmado el sábado con Armenia traerá serias consecuencias para Turquía, incluyendo el deterioro de sus relaciones con su aliado Azerbaiyán, que mantiene una disputa territorial con Armenia por la ocupación de esta última del territorio de Nagorno-Karabaj.