El líder del PKK pide a los presos que pongan fin a la huelga de hambre

Abdullah Öcalan habría manifestado tras la visita en prisión de su hermano Mehmet que la protesta ha alcanzado sus objetivos y que la huelga deberían realizarla \»aquellos que están fuera\».

 

El líder histórico del grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, pidió el sábado el fin de la huelga de hambre que cientos de presos mantienen en las cárceles de Turquía pidiendo entre otras medidas el fin del régimen de aislamiento del propio Öcalan.

Así al menos lo afirmó su hermano, Mehmet Öcalan, tras visitarle en la isla prisión de İmralı donde el líder del PKK cumple desde 1999 una condena a cadena perpetua. De acuerdo a las declaraciones de su hermano Mehmet, Öcalan habría dicho que los presos deberían abandonar la huelga de hambre, a la que recientemente se unieron también diputados del partido nacionalista kurdo BDP después de que surgieran críticas desde las propias familias de varios presos porque fueran estos quienes arriesgaran sus vidas y no quienes alentaban la protesta desde fuera.

De hecho Öcalan precisamente habría manifestado el sábado a su hermano que la huelga no deberían realizarla los presos sino «aquellos que están fuera» al tiempo que consideraba que la protesta había alcanzado sus objetivos y era hora de ponerle fin. «Hoy he visto a mi hermano Abdullah Öcalan cara a cara en la prisión de İmralı… Quiere que transmita inmediatamente al público su llamamiento sobre las huelgas de hambre (de los presos). Esta acción ha alcanzado su objetivo. Sin más vacilación, deberían poner fin a la huelga de hambre», dijo Mehmet Öcalan en un comunicado tras visitar al líder del PKK.

El llamamiento fue secundado casi de inmediato por el partido nacionalista kurdo BDP, considerado en Turquía por muchos como el brazo político del PKK; varios de sus diputados visitaron el sábado algunas prisiones en la ciudad suroriental de Diyarbakır -su principal bastión electoral- para pedir a los presos vinculados al grupo armado que pusieran fin a la protesta.

La huelga de hambre que cientos de presos mantienen en Turquía desde el pasado septiembre ha sido uno de los principales quebraderos de cabeza que ha tenido que afrontar el gobierno turco en los últimos meses, presionado por el posible deterioro de salud de alguno de los huelguistas pero también por una opinión pública nada favorable a aceptar las demandas de un colectivo de reclusos vinculado a un grupo terrorista responsable de miles de muertes en el país y que muchas voces críticas consideran que han sido presionados desde fuera por sus líderes.

La salud de los presos en huelga, alguno de los cuales llevaba dos meses y medio sin ingerir alimentos y a base únicamente de vitaminas, agua azucarada y sal, había comenzado a deteriorarse y expertos médicos habían advertido de que algunos podrían fallecer pronto si no se ponía pronto fin a la protesta. Precisamente uno de los reclusos en huelga era hospitalizado el sábado en la ciudad de Diyarbakır con hemorragia estomacal, aunque fuentes hospitalarias indicaron que su vida no corría peligro.

Críticas desde el gobierno turco y desde la UE

La protesta, criticada desde el primer momento por el gobierno turco pese a que ha cedido a ciertas demandas como la posibilidad de que los acusados puedan usar el kurdo -lengua no oficial en Turquía- ante el juez, fue denunciada una vez más por el primer ministro Recep Tayyip Erdoğan el sábado, quien en declaraciones hechas desde el aeropuerto internacional Atatürk de Estambul poco antes de partir rumbo a una visita oficial a Egipto se refirió a las críticas vertidas desde la propia UE contra la huelga de hambre por considerarla un acto anti-democrático.

«Una huelga de hambre no es un método apropiado de reclamar un derecho en una democracia… Me están ustedes hablando de huelguistas de hambre que son asesinos de una joven inocente a la que mataron arrojando un cóctel molotov en un autobús», dijo Erdoğan criticando lo que en otras ocasiones ha calificado como un «show mediático».

«No queremos dejar que esta gente muera en prisión, sino que nuestro propósito es mejorar las condiciones de vida de los presos», añadió el primer ministro, quien además aprovechó para acusar una vez más al partido BDP de estar detrás de la protesta. «Sabemos qué partido político en el parlamento turco está incitando a los presos a hacer huelga de hambre. No es un método apropiado ordenar a la gente que muera: deberían llevar sus demandas al parlamento», subrayó.
 
Erdoğan se refería a las palabras de la eurodiputada y relatora especial para Turquía del Parlamento Europeo Ria Oomen-Ruijten, quien criticó el viernes la huelga de hambre llevada a cabo por cientos de presos vinculados al PKK en Turquía calificándola como «un método inaceptable en una democracia».

«Si tienes un objetivo, deberías meterte en política e intentar convencer a la gente. Si hoy llevas a cabo una huelga de hambre por algo, harás lo mismo por otra cosa mañana… Esto es inaceptable. No hay lugar para la coacción y la fuerza en las democracias», declaró la eurodiputada holandesa durante un simposio organizado en Ankara por el German Marshall Fund.