EL CONSERVADOR LIKUD SE PERFILA COMO FAVORITO PARA FORMAR GOBIERNO EN ISRAEL

Benjamin Netanyahu, líder del partido conservador Likud, parece afianzarse como favorito para formar el próximo gobierno de Israel tras la publicación definitiva de los resultados de las elecciones legislativas israelíes, en las que su partido logró 27 escaños.

El principal rival del Likud, el partido de centroderecha Kadima de la ministra de Exteriores Tzipi Livni, obtuvo 28 de los 120 escaños del Parlamento unicameral (Knesset). Pero esa escasa diferencia de sólo un escaño permite que Netanyahu cuente con más posibilidades al tener casi asegurado el apoyo de la derecha religiosa -opuesta a cualquier concesión a los palestinos- para formar mayoría en el parlamento. Netanyahu tenía previsto reunirse ayer con representantes de dos partidos de la derecha religiosa -que suman siete diputados- acérrimos defensores de la colonización judía por motivos religiosos e históricos.

Mientras Netanyahu ultima las consultas para formar un gobierno de mayoría conservadora y los analistas ya le dan casi por seguro como el próximo primer ministro, crece la preocupación entre la comunidad internacional por el riesgo a que un gobierno con fuerte participación de la extrema derecha acabe con cualquier atisbo del proceso de paz con los palestinos. Tanto Estados Unidos como la UE ya han pedido a Israel que siga adelante con los esfuerzos por lograr un acuerdo de paz en Oriente Medio.

Por su parte el partido de centro-derecha de Livni, prácticamente sin aliados, se queda con pocas o ninguna posibilidad de formar el nuevo gobierno israelí. Según los analistas Livni sólo puede contar con el apoyo de sus 28 diputados, dado que las formaciones de izquierda salieron muy debilitadas en los comicios y se niegan a darle su apoyo. Tal es el caso del Partido Laborista, que pasó de 19 diputados a 13 y ya ha anunciado que prefiere quedarse en la oposición porque la formación de un gobierno dirigido por Livni no le parece realista. Todos los diarios israelíes coinciden en descartar un gobierno de Livni, incluso en el más que improbable supuesto de que la extrema derecha le diera su apoyo antes que a Netanyahu.

Ahora la incógnita en Israel parece ser no ya si Netanyahu será el próximo primer ministro, sino si este se aferrará a sus aliados de la extrema derecha religiosa o estará abierto a la participación del partido Kadima de Livni, una posibilidad que Netanyahu ya habría apuntado en alguna de sus declaraciones.