Alarma en Turquía tras detectarse transgénicos en el pan

Pese a que los alimentos transgénicos sólo están permitidos en Turquía para alimentación animal, los expertos denuncian que no hay controles suficientes para impedir que los OMG importados sean usados también en alimentos para humanos.

La detección de soja transgénica entre los ingredientes utilizados para fabricar pan en la provincia de Adana, en el sur de Turquía, ha sembrado la alarma entre los residentes locales mientras los expertos denuncian la falta de controles suficientes para impedir que los alimentos transgénicos que son empleados en la alimentación de la ganadería sean destinados a consumo humano.

Según informó el diario turco Hürriyet, la presencia de soja modificada genéticamente fue detectada entre los condimentos añadidos al pan y producidos por una empresa de la provincia. En Turquía está permitida la importación de alimentos transgénicos destinados a la alimentación animal, pero está prohibido su uso en alimentos para humanos.

La noticia fue dada a conocer al periódico turco por un ingeniero alimentario de Adana. Por su parte la empresa supuestamente responsable de incorporar la soja transgénica en el aditivo afirma que ha vendido ese producto, utilizado como conservante, al 80% de las panaderías de Adana. “Es el mejor producto y los panaderos están muy felices con él”, declaró el propietario de la empresa, que no quiso entrar a valorar la posible presencia de organismos modificados genéticamente (OMG).

Tras recibir el chivatazo, el diario envió muestras del producto a un laboratorio que confirmó la presencia de soja transgénica; los resultados ya han sido remitidos al Ministerio de Alimentación, Agricultura y Ganadería de Turquía, de acuerdo a ley. Por su parte Murat Arslan, miembro de la Cámara de Ingenieros Agrícolas, confirmó en declaraciones al rotativo que los transgénicos son habituales en alimentos como la soja, el maíz o la colza, pero que ésta es la primera vez que se descubren en el pan o la harina.

“No sabíamos que se estuviera empleando soja modificada genéticamente con conservantes (para alimentos)”, dijo Arslan, indicando que la soja que se importa procede de los Estados Unidos y que una gran parte está modificada genéticamente. “Según las leyes de bioseguridad, está prohibido emplear soja modificada genéticamente como alimento (humano). Sin embargo, no sabemos si la están usando como alimento para humanos tras entrar en Turquía como alimentación animal”, subrayó.

Según datos manejados por el presidente de la Cámara, Özden Güngör, Turquía importa la inmensa mayoría de la soja que consume: concretamente el país euroasiático ha importado entre 2,5 y 3 millones de toneladas de soja, frente a una producción propia de sólo 125.000 toneladas.

“Desconocemos si los productos (de soja) importados se usan en alimentación humana. Se necesitan controles mucho mayores. Las inspecciones no están siendo efectivas en Turquía; hay 675.000 empresas relacionadas con la alimentación y sólo 5.000 inspectores. Hay empresas que no han sido inspeccionadas en un año”, denunció Güngör.

Por su parte el ministro de Alimentación Faruk Çelik hizo público el lunes un comunicado en el que indicó que se estaba a la espera de varios análisis realizados a la empresa de Adana donde se había detectado el producto con organismos modificados genéticamente.

“El uso de transgénicos (en alimentación humana) está totalmente prohibido en nuestro país. Entre 2016 y 2017 hemos llevado a cabo 12.286 inspecciones de transgénicos, y se encontraron transgénicos en 112 productos, contra los que se presentaron denuncias”, dijo Çelik. El ministro añadió que la empresa objeto de la polémica en Adana había sido inspeccionada ocho veces, y que en ninguna de esas ocasiones se detectaron problemas.