10 muertos en una emboscada del PKK en la frontera con Irán

El ataque se produjo contra un grupo de guardias rurales –una milicia kurda armada por el Estado- que vigilaban un puesto de control. La emboscada dejó otros cinco heridos, dos de ellos civiles.

Una decena de miembros de las fuerzas de seguridad turcas, muchos de ellos miembros de la Guardia Rural, murieron en la noche del jueves durante una emboscada llevada a cabo por militantes del grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en una región montañosa de la frontera este de Turquía.

El ataque se produjo cuando un grupo de guardias rurales –una milicia formada por civiles armados por el Estado para combatir al PKK– se encontraban en un puesto de control en la carretera junto a la aldea de Gökçebulak, situada a los pies del Monte Tendürek, un antiguo volcán extinto situado principalmente en la provincia fronteriza de Ağrı, limítrofe con Irán.

Fue entonces cuando miembros del PKK armados con rifles de asalto atacaron el puesto matando a siete guardias rurales y dos soldados turcos; otro guardia rural retirado que acudió al lugar para prestar ayuda tras escuchar los disparos murió a consecuencia de una granada lanzada por los terroristas. Posteriormente se produjo un intenso tiroteo entre las fuerzas de seguridad turcas y los militantes armados del PKK, hasta que éstos finalmente se dieron a la fuga.

La emboscada dejó otros cinco heridos, incluyendo dos civiles y tres militares, que fueron trasladados al hospital público del distrito de Doğubeyazit, según informó en un comunicado la oficina del gobernador de Ağrı. Tras el ataque el ejército turco bombardeó con fuego de artillería y desde el aire varias posiciones del PKK descubiertas cerca del lugar de la emboscada, donde el viernes continuaban las operaciones antiterroristas.

La Guardia Rural –oficialmente Geçici ve Gönüllü Köy Korucuları o “Guardias Rurales Voluntarios y Temporales”- fue fundada en 1985 para permitir a los habitantes de las zonas rurales de mayoría kurda del sureste de Turquía defenderse de la presencia del PKK en la región, y ayudar al ejército turco en la lucha contra este grupo armado, incluido en la lista de grupos terroristas de la Unión Europea.

Se trata de una milicia paramilitar integrada principalmente por aldeanos kurdos a los que arma el Estado, y que actúan como «fuerzas auxiliares» de apoyo a las fuerzas de seguridad turcas, siendo su papel a menudo fundamental debido a su conocimiento de primera mano de la región y el terreno en el que actúan. Si bien el gobierno llegó a emplear en décadas pasadas a unos 80.000 guardias rurales, su número actual ronda los 50.000 efectivos según los registros oficiales.

Desde que el PKK rompiera en julio de 2015 la tregua declarada dos años antes por su líder, Abdullah Öcalan, se produjeron intensos enfrentamientos entre militantes armados del grupo y las fuerzas de seguridad en varias ciudades del sureste de Turquía, donde el PKK intentó sin éxito hacerse con el control efectivo de varias localidades perdiendo a miles de sus miembros; ante el fracaso de su estrategia urbana, en los últimos meses el PKK ha recurrido a una oleada de atentados indiscriminados con coches bomba con un balance hasta la fecha de unos 600 muertos –desde julio de 2015- entre policías, militares y civiles.