Erdoğan advirtió a las empresas que si anteponen los beneficios a la salud pública perderán la concesión de las centrales térmicas, tras vetar una ley que aplazaba a 2022 la instalación de filtros anti contaminación.
El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan subrayó el martes que Turquía no puede permitir que las centrales térmicas continúen contaminando indiscriminadamente el aire y acusó a las empresas de no cumplir sus promesas sobre el medioambiente, un día después de que vetase una polémica ley que habría pospuesto por otros dos años y medio la obligación de instalar filtros contra la contaminación en 15 plantas térmicas del país.
El pasado 21 de noviembre la Asamblea Nacional Turca aprobaba una moción con los votos a favor del partido AKP y de sus socios, los nacionalistas del MHP, que posponía por otros 2,5 años la instalación de filtros en las centrales térmicas; de esta forma se burlaba el plazo que tenían las empresas propietarias de estas plantas, y que concluía inicialmente el pasado 1 de diciembre.
La noticia, que coincidió con el inicio de la Cumbre del Clima en Madrid en la que los países buscan fórmulas para frenar la contaminación y el cambio climático, despertó la indignación de la opinión pública turca, especialmente por los elevados niveles de contaminación en muchas ciudades de Turquía.
En declaraciones hechas el martes antes de partir hacia Londres para asistir a la cumbre con motivo del 70º aniversario de la OTAN, Erdoğan recordó que las empresas han pospuesto repetidamente la instalación de filtros durante 7 años y que se les ha dado varias prórrogas, y a pesar de todo ese tiempo no han cumplido con sus obligaciones, por lo que era de esperar que una nueva prórroga hasta 2022 no serviría para que aplicasen las medidas.
Erdoğan: «Debemos tener en cuenta la salud pública»
«No podemos trabajar con empresas que envenenan el aire y que impiden que nuestros ciudadanos respiren aire limpio«, declaró el presidente turco a los periodistas. «Es imposible posponer la instalación (de los filtros) hasta finales de 2022, porque debemos tener en cuenta la salud pública«, insistió.
Erdoğan advirtió además que aquellas empresas que no cumplan la ley y que pongan en peligro la salud pública, no podrán seguir operando centrales térmicas en Turquía, indicando en este sentido que su gobierno podría llevar a cabo nuevos concursos para adjudicar su gestión a otras compañías más responsables con el medioambiente.
«Hay una decisión tomada sobre la instalación de estos filtros. Y si no cumplen con esta decisión, no podemos permitir que nuestros ciudadanos se envenenen sólo porque quieran ganar dinero», dijo Erdoğan, insistiendo en que la opinión pública tiene una opinión clara al respecto y que «quien toma la decisión sobre esta cuestión es mi pueblo».
El mandatario turco admitió que las empresas amenazan con problemas para el empleo si se aplican las medidas como justificación para sus continuos retrasos, pero insistió en que debe cambiarse la ley: «Podemos resolver el problema (del empleo) de otras maneras», manifestó.
«Era inconcebible que pudiera devolver esta ley (ratificada) al parlamento», concluyó diciendo Erdoğan, al explicar por qué había tomado la decisión de vetar la ley que permitiría a las centrales térmicas seguir emitiendo gases y partículas contaminantes sin control por casi tres años más.
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Como gran aficionado a la historia que es, a Pablo le cautivó Turquía desde el primer día que la visitó en 2006: allí se casó, allí tiene una casa, y desde entonces se ha convertido en todo un experto en la actualidad de Turquía. Con una larga experiencia en medios de comunicación, está al frente de Hispanatolia desde 2011.