Tres muertos por la explosión de un coche bomba en el sureste de Turquía

El atentado, que dejó un policía y dos civiles muertos en la provincia fronteriza de Mardin, ha sido atribuido al PKK y se produce apenas 24 horas después de que otro coche bomba explotara en Estambul.

Al menos tres personas –un policía y dos civiles- fallecieron el miércoles por la mañana y más de 30 resultaron heridas en el distrito de Midyat, en la provincia fronteriza de Mardin (en el sureste de Turquía), después de que un coche bomba explotara junto a un cuartel de la policía.

El primer ministro turco Binali Yıldırım condenó el atentado y confirmó la cifra de víctimas, señalando que las medidas de seguridad y las barreras de cemento en torno al cuartel habían impedido que los terroristas alcanzaran su objetivo y se produjeran más fallecidos.

Según informaron medios locales la explosión se produjo en torno a las 11:00 de la mañana hora local (09:00 CET), cuando un vehículo cargado con 500 kilos de material explosivo y que había llegado a Midyat desde la vecina provincia de Batman intentó entrar en el cuartel de la policía, siendo interceptado por los agentes que custodiaban la entrada que abrieron fuego al ver que el coche no se detenía, momento en que la bomba fue activada por los terroristas.

Numerosas ambulancias y efectivos de seguridad se desplazaron hasta la zona tras la explosión. Imágenes captadas por varias cadenas turcas del lugar del atentado mostraban varios edificios dañados, mientras una columna de humo podía verse desde la distancia a consecuencia de un incendio que se desató tras la explosión.

Si bien ningún grupo ha reivindicado aún el atentado, el primer ministro turco afirmó que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que recientemente ha multiplicado sus ataques con coches bomba en varias ciudades del país, estaba detrás del atentado.

“Esto no es ninguna sorpresa para nosotros. El círculo en torno a ellos (los terroristas) cada vez se cierra más. La lucha contra el terrorismo es dura y requiere determinación. Son asesinos disfrazados de humanos. Los combatiremos con determinación tanto en los centros urbanos como en las zonas rurales”, dijo Yıldırım en declaraciones a los periodistas realizadas desde Estambul.

Precisamente el viernes las fuerzas de seguridad turcas anunciaban el fin de las operaciones de seguridad iniciadas a mediados de marzo contra la presencia de militantes armados del PKK en Nusaybin, otro distrito de la provincia de Mardin, que desde finales del año pasado ha sufrido varios toques de queda por las operaciones antiterroristas de las fuerzas de seguridad turcas para expulsar a los miembros del grupo armado, que ha buscado hacerse con el control de varios distritos y localidades de la región mediante una estrategia de “guerrilla urbana” cavando trincheras en las calles y colocando explosivos para impedir el acceso de las fuerzas de seguridad.

El atentado en Mardin tiene lugar apenas 24 horas después de que otro coche bomba explotara en el casco histórico de Estambul al paso de un autobús de la policía, matando a 7 policías y 4 civiles y dejando cerca de medio centenar de heridos, en una acción de la que el gobierno ha responsabilizado igualmente al PKK o alguna de sus organizaciones afines y que ha sido ampliamente condenada por la comunidad internacional.