El suicidio de un antiguo coronel acusado de ser el responsable de la JİTEM, una organización ilegal de la gendarmería turca relacionada con la guerra sucia contra el terrorismo en los años 80 y 90 sospechosa además de estar relacionada con la red conocida como \»Ergenekon\», ha desatado de nuevo la polémica en Turquía, especialmente entre algunos medios de comunicación y el Estado Mayor del ejército turco, quien ha advertido a la prensa que no publique acusaciones sobre el militar fallecido.
El coronel Abdülkerim Kırca fue encontrado el lunes en su apartamento con un disparo de bala en la cabeza, en lo que aparentemente y según el informe de la policía turca fue un suicidio. Se trata sin embargo de la quinta muerte entre oficiales militares relacionados con la organización JİTEM. La muerte de Kırca se produjo después de que varios periódicos turcos publicaran noticias en las que familiares de cientos de casos de asesinato sin resolver cometidos en el Este y Sureste de Turquía en los años 90, acusaran al ex coronel de estar detrás de ellos.
El Estado Mayor del ejército reaccionó a estas acusaciones emitiendo un comunicado en el que pedía a los medios de comunicación que actuasen con respeto. \»En los últimos días ha habido en algunos medios encendidas noticias basadas en testimonios de supuestos informantes sobre el coronel Abdülkerim Kırca, que quedó incapacitado permanentemente en un enfrentamiento con terroristas el 19 de abril de 1998\», decía el comunicado, que además instaba a que se hiciese caso omiso a unas historias que calificó de falsas.
Abdülkerim Kırca fue enterrado el martes en una ceremonia en la Mezquita Kocatepe de Ankara a la que asistieron un gran número de autoridades militares, incluyendo al Jefe del Estado Mayor, el general İlker Başbuğ, que asistió al sepelio junto con los principales generales de las Fuerzas Armadas Turcas. También asistió en representación del gobierno el Ministro del Interior Beşir Atalay. La esposa y las dos hijas de Kırca difundieron durante el funeral un comunicado escrito en el que culpaban a las acusaciones aparecidas en los medios de comunicación del suicidio del ex coronel. \»Estamos viendo un ejemplo real de cómo la gente que ha servido a su país con lealtad abandona su vida a causa de la atmósfera negativa difundida por algunos focos diabólicos. Esta irresponsabilidad está sacudiendo profundamente nuestra nación, así como a la familia de Kırca\», decía el escrito.
Según las informaciones aparecidas en la prensa turca basadas en testigos presenciales, Kırca era un alto responsable del JİTEM que habría reemplazado al mayor Cem Ersever, que a su vez había abandonado el ejército tras la extraña muerte en accidente de avión del general Eşref Bitlis, un comandante de la gendarmería turca. El cuerpo de Ersever fue hallado en Ankara el 4 de noviembre de 1993; junto a él fueron asesinados también su novia y su principal hombre de confianza, y todas las grabaciones personales que había ido recopilando sobre las actividades del JITEM desaparecieron.
Abdülkadir Aygan, un antiguo miembro del PKK convertido en informante, aseguró haber sido testigo de cómo el mismo Kırca había matado con una pistola a tres personas en la ciudad suroriental de Silopi. Estos tres fallecidos eran al parecer miembros de la delegación en Diyarbakır de un sindicato de profesionales de la salud.
Además, en un informe elaborado por el Ministerio de la Presidencia sobre el llamado \»escándalo de Susurluk\» que tuvo lugar en 1996, este señalaba a Kırca como el \»planificador y ejecutor\» de la mayoría de las operaciones llevadas a cabo por las organizaciones paramilitares existentes dentro del ejército. El \»escándalo de Susurluk\», ocurrido en la localidad del mismo nombre, fue una de las primeras evidencias de la existencia de organizaciones ocultas dentro de los estamentos del estado, y salió a la opinión pública a raíz de un accidente de tráfico en el que se descubrió que a bordo del mismo vehículo viajaban un jefe de policía, un mafioso y un diputado kurdo del parlamento turco.
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