La UE galardonada con el Nobel de la Paz

El comité de los Premios Nobel acordó el viernes por sorpresa conceder el prestigioso galardón a la Unión Europea por su contribución a la paz en el viejo continente.

 

La Unión Europea recibió el viernes el Premio Nobel de la Paz por lograr mantener la paz durante más de medio siglo en un continente sacudido por dos guerras mundiales, pese a la grave crisis económica e institucional que atraviesa y que ha reabierto el debate sobre su viabilidad a largo plazo.

En un comunicado emitido el viernes, el presidente del comité de los Nobel, Thorbjoern Jagland, destacó que «La Unión y sus predecesores (la CECA y la CEE) han contribuido durante unas seis décadas al avance de la paz, la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa».

«Durante un período de setenta años, Alemania y Francia habían luchado en tres guerras. Hoy día una guerra entre Alemania y Francia resulta impensable. Esto muestra cómo, por medio de esfuerzos bienintencionados y mediante la confianza mutua, enemigos históricos pueden convertirse en socios cercanos», subrayó Jagland, que añadió además que los logros conseguidos en estas décadas eran un recordatorio de lo que se perdería «si se permite que la Unión se derrumbe».

El premio llega como un soplo de viento fresco en un momento en que la viabilidad económica y política de la UE están más en entredicho que nunca y aumentan las tensiones y diferencias entre los países del Norte y del Sur por la forma de abordar la crisis y la recesión económicas. A todo ello hay que sumar el escaso desarrollo de las instituciones democráticas en el seno de la propia Unión Europea, con un Parlamento Europeo -único órgano elegido directamente por los ciudadanos- que sigue contando con competencias muy limitadas.

Además las durísimas medidas económicas impuestas desde Bruselas a los países miembros que atraviesan problemas de deuda, especialmente en el sur de Europa, ha agudizado entre los ciudadanos europeos la sensación de que la UE es una especie de monstruo burocrático distante y preocupado sólo por la economía.

No obstante y pese a las dificultades, la UE aún sigue siendo actualmente el mayor mercado del mundo, permitiendo la libre circulación de bienes, capitales y personas entre los 27 países miembros, muchos de ellos antaño enemigos irreconciliables situados al otro lado del llamado «Telón de Acero», durante los años de la Guerra Fría.

Según informó a la prensa el presidente del comité, el Nobel de la Paz, valorado en unos 925.000 euros, fue otorgado unánimemente por decisión de los cinco miembros entre otros 231 candidatos que optaban al galardón para este año, incluyendo disidentes rusos y líderes religiosos que trabajaban por la reconciliación entre cristianos y musulmanes.

Curiosamente el Premio Nobel de la Paz de este año se otorga a una institución, la Unión Europea, que goza de muy escasa popularidad entre los propios ciudadanos de su país anfitrión, Noruega, que ya han rechazado en dos ocasiones en referéndum -1972 y 1994- la entrada en el bloque europeo y que según las últimas encuestas siguen oponiéndose a entrar en la UE por abrumadora mayoría.

En declaraciones hechas por Heming Olaussen, actual presidente del movimiento noruego «Nei til EU» (No a la UE), éste criticó la concesión del premio diciendo que la Unión Europea era una organización que amenazaba la soberanía nacional y contribuía al empobrecimiento de los países en desarrollo. «En América Latina y otras partes del mundo verán esto de forma muy diferente de cómo lo ven desde Bruselas. La UE es un bloque comercial que contribuye a mantener muchos países en la pobreza», aseguró.